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En una tertulia radiofónica reciente la escritora Carmen Posadas recordaba que en Uruguay se denominan "viejas confundidas" a aquellas mujeres, ya en sus cincuenta o sesenta, que siguen pretendiendo mantener de forma obsesiva la misma presencia y el mismo "look" de su primera juventud.

Esa pretensión, un objetivo imposible evidentemente, se traduce en querer seguir mostrando (exhibiendo) su cuerpo igual como lo hacían treinta o cuarenta años antes al continuar vistiendo parecidas ropas y luciendo los mismos maquillajes de entonces para, desoyendo el paso del tiempo, imaginarse capacitadas para detener el imparable reloj biológico.

Efectivamente, hay féminas (y también hombres, of course) desubicadas de su edad que sin rubor (¿pudor?) alguno siguen mostrando sus pasados poderíos (ahora ya en caída libre) y continúan queriendo sacar partido de sus antiguas sinuosidades (ya en franco descenso a velocidad alpina). Son las que a esa edad siguen vistiendo minifaldas y continúan auto decorándose con todas las pinturas imaginables cuales salvajes "Gipsy Queens" o demacradas reinas de una tribu sioux. ¿Son esos comentarios un alegato contra la voluntad de mantener y/o retener la juventud? En modo alguno. Son simples observaciones sobre quienes no saben adaptarse adecuadamente a los nuevos tiempos que les toca vivir, a los que desconocen el arte de envejecer.Una canción de Pete Seeger ("Turn, turn, turn") adaptada sobre textos bíblicos (Libro del Eclesiastés), y hecha famosa por The Byrds, recuerda que en la vida hay un tiempo para cada cosa ("there is a time for everyting"). La canción en cuestión va recitando los distintos tiempos que componen y forman la vida del hombre.

Hay un tiempo para amar y un tiempo para morir, hay un tiempo para sembrar y otro para cosechar, un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo para reír y un tiempo para sollozar, un tiempo para ganar y un tiempo para perder, etc. etc.

También hay un tiempo (o debería de haberlo) para ver la evidencia. Si eso es necesario en todos los órdenes de la vida también lo es, y como no, en política.

Orillando por una vez la modestia me permito humildemente citar unas líneas que escribí hace poco:" En Menorca la opinión de la sociedad está cambiando rápidamente como se ha demostrado en estas pasadas elecciones. A una gran mayoría de menorquines ya no le atraen los presupuestos ideológicos sino que los sustituyen por las conveniencias económicas (eso se ha visto muy claro en Mahón). El PSOE ha sido incapaz de presentar propuestas políticas a la altura de las demandas de la sociedad actual menorquina. Han demostrado desconocer la realidad."

También afirmé que "la pasada coalición PSOE-PSM-Els Verds en el Consell Insular ha basado su acción de gobierno en creencias ideológicas. Incluso al inicio de esta pasada campaña electoral Marc Pons ("caparrut ell") declaró que "en modo alguno" se iba a cambiar/reformar el PTI (¿?)"..cuando ha sido justamente su encorsetamiento doctrinario lo que ha ayudado a empobrecer nuestra isla".

Las influencias matan. No haber sabido desprenderse del círculo eco-nacionalista ha sido letal para los socialistas al haberse impedido inversiones, iniciativas y proyectos. Y ello ha significado la quiebra para el PSOE. Ayudar a priorizar ideología a economía les ha sido nefasto.

Perdón, vuelvo a citarme por última vez: "la gente ya no quiere sólo subsistir (con ayudas sociales y subsidios) sino que quiere "vivir bien" (esa es precisamente una de las peticiones iniciales de ¡Democracia real ya!l del 15-M). Quieren trabajar, no ser subsidiados".

El PSOE menorquín necesitará de un gran cambio de mentalidad y, sobre todo, alejarse de postulados utópicos. Pero por las primeras declaraciones de sus responsables tras el fracaso electoral parece ser que no aprenden. Siguen erre que erre: más nacionalismo (ya preparan actitudes numantimas por la H de Mahón) y más doctrina (más izquierdismo). ¡Quieren ser el PSM bis!. Ellos verán.

Por otra parte, "sin generación de riqueza no hay posibilidad de redistribución. Es imprescindible generar empleos, ocupaciones, para poder recaudar más y redistribuir mejor. Las políticas sociales se retroalimentan en la iniciativa liberal". Menorca necesita menos actitudes de "viejas confundidas" y más realismo.

PD.: Veo que han concedido el "Príncipe de Asturias" a una pastilla de dormir. Felices sueños.