TW
0

Casi las tres cuartas partes de los nuevos diputados del Parlament de les Illes Balears, 42 de 59, tienen estudios superiores. Es un avance importante, en la primera legislatura sólo la mitad de los diputados menorquines había pasado con provecho por la Universidad. La tendencia debería ser esa, que en una cámara de representantes estén los mejores, los más preparados o, como mínimo, los que han hecho el esfuerzo para ello, el ejemplo debe radicar en los méritos profesionales o académicos, aunque ya sabemos que eso no evitará un hueco para los listos. Las excusas sobre las dificultades para haber estudiado no cuelan ya entre los menores de 45 o 50 años, la democracia ha servido, entre otras cosas, para democratizar la educación. Hay otra teoría que sostiene que una cámara de representantes políticos no ha de ser necesariamente un club de los mejores sino una fotografía del cuerpo social al que representa. En ese caso, el Parlament que ayer se constituyó no es precisamente un fiel reflejo de la comunidad balear.

Uno de los cambios notables es la fuerte renovación del paisanaje que ocupa la sala, en la que Joana Barceló se ha convertido en la gran veterana, igualará con esta legislatura la marca de Joan Huguet, 24 años, a tres del récord absoluto que sigue ostentando la inefable Maria Antonia Munar.