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Las aguas están revueltas en el mar del partido socialista (otrora obrero y español), desde el varapalo que les dieron las urnas en todo el país. El gallinero anda alborotado por tener que escoger a un sustituto del nefasto líder que han tenido, y que los españoles hemos sufrido desde que asumió la Presidencia del Gobierno. Después de criticar, por activa y por pasiva al PP por tener un líder escogido a dedo, van los del PSOE y hacen lo mismo.
Una y otra vez nos hablan de "primarias", y al final, se cargan a la única persona que podía complicarle las cosas al designado por el aparato del partido. Esta vez lo de "primarias" quiere decir que nos quieren tomar por primos.

La retirada de Carmen Chacón es la consecuencia directa de la voluntad de Zetapé de querer imponer el zapaterismo, después de Zapatero. De dejarlo todo "atado y bien atado".

Y va y escoge la continuidad, en lugar de la renovación que podría encarnar Chacón. El más de lo mismo. El estar sin estar. Zapatero ha escogido a Rubalcaba, que encarna lo peor de las cloacas del partido, el ministro del PSOE de Felipe González y los GAL, el del caso Faisán, el de la negociación con ETA y el más oscurantista, sectario e inmovilista de los actuales ministros.

Ha hecho bien Carmen Chacón en no querer enfrentarse a Ru-balcaba. Ha dejado (inteligentemente) que se estrelle contra las rocas a las que dirige su partido, en las próximas generales, para que una vez que éste se hunda, le pidan que recomponga lo que quede del PSOE e inicie una etapa de auténtica renovación, algo de lo que van muy necesitados, tanto a nivel nacional como autonómico y local.

Hay una generación de dirigentes políticos que se ha instalado en el control del aparato del partido y ha hecho de los cargos políticos un modus vivendi, una muy bien pagada profesión que les da de comer, de vestir, y de viajar a costa del contribuyente.
Y lo mismo puede decirse de los sindicatos.

Si a eso añadimos que esos políticos aficionados son (con honrosas excepciones) de mediocre formación cultural y técnica, no nos extrañaremos al ver a donde han llegado los Zetapé, Pepiño Blanco, y Leire Pajín. Pensar en ella como ministro es una ofensa a la inteligencia.

Baste recordar que llevaba puesta una de esas "pulseras milagrosas" con las que se embauca a los crédulos. Y la hicieron Ministra de Sanidad. ¡Socorro!

Por estos lares los ejemplos también son abundantes: Antich, Barceló, Pons, Ribalaiga, Tuni Allés, Arturo Bagur, Carbonero, Carretero, etc., etc. Gente sin arte ni oficio, que ha encontrado en la profesionalización de la política una salida bien remunerada a su incapacidad profesional.

¿Quieren decirme uds. qué ha hecho Arturo Bagur desde que le hicieron senador? ¿Algún resultado palpable a su supuesta actividad institucional? En realidad todos los senadores son una especie de prejubilados de la política. Un grupo de personas que ya no tienen cabida en sus partidos, a los que se asigna una muy bien retribuida inactividad casi vegetativa para dejarlos contentos y calladitos.

¿Quiere ahorrar el gobierno? Basta con eliminar el inútil Senado y mandar a casa a esa caterva de 'bon vivants' que viven del cuento a costa del contribuyente.

¿Para qué subvencionar sindicatos? Si los trabajadores quieren representantes sindicales, que sus sueldos salgan de las cuotas de los asociados. Mientras cobren de los presupuestos generales, no son más que perritos falderos del gobierno. Es de tontos morder la mano del que te da de comer. Por mucho menos de lo que aquí está pasando los franceses tomaron la Bastilla. Aquí no se atreven a abrir la boca, ¡con cinco millones de parados! Se lo han dejado crudo a los que van a tomar el relevo.

Como dijo Guerra: a esta España (que nos han dejado) no la reconoce ni la madre que la parió.