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Hay políticos que no tienen suerte en la política, aunque son más las veces que es la política la que no tiene suerte con algunos políticos. (José Mª Pons Muñoz)

Los políticos tienen un problema, una dualidad, una ecuación difícil de resolver a la hora de empezar a ejercer el mandato de la legislatura para la que han sido elegidos en las urnas. No pueden estarse de brazos cruzados, tienen que hacer cosas, demostrar que están ahí, intentar que el votante que les ha otorgado la confianza vea que están trabajando. Pero tal cual está el panorama de la economía, además tienen que mostrarse ahorrativos y ahí es donde viene el problema porque todo lo que hacen los políticos cuesta dinero, Como además están "tirando con pólvora ajena", cuando se quieren dar cuenta han endeudado las arcas municipales y las autonómicas hasta límites inadmisibles dentro de una gestión financiera sostenible. De ese despilfarro, son copartícipes PP, PSOE o cualesquiera que hayan alcanzado el poder de gestionar unas arcas públicas.

Dicen ahora que van a reducir gastos, pero gastar está en la naturaleza del quehacer político, extraña dualidad la de gastar lo que no se tiene y además ahorrar. Eso sí que podría ser la cuadratura del círculo.

El viernes 3 de junio 2011 publicaba "El País" la deuda municipal de las capitales de provincia, y fíjense: el ayuntamiento más endeudado es el de Madrid, con 6.453 millones de euros, de lo que resulta que a cada madrileño le corresponden 1.972 euros de esa deuda. El de Barcelona tiene una deuda de 1.202 millones de euros, correspondiendo 742 euros de deuda por habitante. La tercera capital en el desastroso ranking de la deuda es Valencia con 890 millones, correspondiéndole a cada valenciano algo más de 1.000 euros de esa deuda. De manera que entre estas tres capitales que encabezan la lista de la deuda municipal, dos están, desde hace años, gobernadas por el PP. Pero no es sólo en las capitales, en los pueblos pasa algo parecido. La deuda más grande en la comunidad de Madrid, aparte de la capital, es la de Alcalá de Henares, también gobernada por el PP, correspondiendo a cada alcalaíno 443 euros. Multiplíquenlo por 200.000 habitantes y les saldrá algo más de 88 millones de euros.

Fíjense en los siguientes datos: "El ayuntamiento de Madrid tiene 57 coches oficiales, uno por edil. Además, los líderes de la oposición, tres coches, el PSOE contará con cinco coches adicionales, IU con dos, UPyD, uno; el PP no al ostentar el gobierno y porque además todos sus concejales lo tienen".

Hace unos días, una señora concejal se fue a la peluquería con su coche oficial, su chofer y su escolta. ¿Ya van comprendiendo lo que es eso de tirar con pólvora ajena? De los sueldos ni les cuento. Por otra parte, hasta el día 22-M el Ayuntamiento de Madrid contaba con una plantilla de 200 personas de seguridad. Otro capítulo tremendo es el de los asesores. En ese punto les pongo un solo dato: IU tiene 23 asesores. Pero no me resisto a ponerles aunque sea un solo ejemplo salarial, un portavoz de ese ayuntamiento cobra 93.828 euros, algo más de 15,5 millones de pesetas.

Esto, lo que acaban ustedes de leer, son solo unos mínimos datos sobre el ayuntamiento más endeudado de España. Algunos de estos datos los he tomado de "El País", sábado 4 de junio 2011.

En cuanto a las autonomías, el problema, si cabe, aún es mayor. Así pasa, que algunas empresas ven pasar los meses y hasta los años para que la propia administración les abone una factura.

Es esperpéntico que aquellos que tienen prácticamente en exclusiva la facultad de recaudar el dinero al contribuyente, sean luego descarados morosos que han llevado a la ruina a más de una pequeña y mediana empresa, y todo porque a la hora de gastar no tiene ni el más elemental reparo.

Se ganan unas elecciones y de inmediato aparecen los afines al partido ganador, los que a dedo ocuparán cargos de confianza, asesores y un largo etc. que engrosarán la nómina municipal o autonómica y que, en puridad, Dios sabe de qué cosa van a ocuparse. Pero eso sí, con un sueldo. Para estos elegidos a dedo, es como si la victoria en las urnas de su partido político les pusiera en la misma condición que a los israelitas en el desierto cuando esperaban que el maná les cayera del cielo. Aquí mayormente les cae del bolsillo del contribuyente.

Esto es un barco en el que vamos todos, pero al paso que vamos, no me extrañaría que la tripulación acabe llevando el barco a pique. De momento navegamos por un mar lleno de abrollos y con mucho marinero de agua dulce.

Hoy mismo he leído lo que le dice, supongo que algún muñidor de la teta autonómica, a un periodista que se conoce que ha publicado un artículo advirtiendo del desmadre autonómico. Le acusan al hombre de ir contra las autonomías, de querer acabar con las autonomías. ¡Pobre incauto el que esta queja escribe culpando al mensajero, cuando los que realmente pueden acabar con las autonomías, son los políticos por sus despilfarros y su desmesura!