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El nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Maó presentó ayer su primer análisis sobre la situación de las cuentas municipales, a la espera del resultado de una auditoría que permita una valoración más detallada. La situación es preocupante, por el nivel de deuda financiera de más de 27 millones, muy próximo al máximo permitido, así como por el importe de las facturas pendientes de pago, que asciende a más de 7 millones y que proceden de 385 proveedores. Si se cumplen las previsiones de ingresos de otras administraciones y de impuestos, sobre todo el IBI, esta administración local tiene previsto cerrar con un déficit de más de 400.000 euros, con una demora en el pago a proveedores de seis meses. Un ejemplo de la situación económica municipal se refiere al servicio de limpieza viaria, ya que desde hace diez meses no se paga a la empresa concesionaria. Seguramente, otros ayuntamientos de la Isla, principalmente Alaior y Ciutadella, pueden encontrarse en una situación todavía más difícil. El reducido margen de endeudamiento y la necesidad de atender a los proveedores imponen la austeridad a todas las áreas de gestión municipal. La reducción del déficit es una prioridad política también a nivel local.