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La cruda realidad de la pobreza, los apuros que cada vez tienen más familias para hacer frente a las necesidades básicas (como la alimentación y vivienda), las múltiples variantes de exclusión social que genera nuestra sociedad... Todo ello queda reflejado en la Memoria 2010 presentada por Caritas Diocesana de Menorca, en un informe que pone un rostro humano a las estadísticas de una crisis que también golpea duramente a la Isla. La entidad de la Iglesia, que día a día da un ejemplar testimonio de su acción sociocaritativa, alerta de que entre las personas atendidas el pasado año, 799, hay más españoles y las necesidades son mayores, lo que no deja de ser un fiel barómetro de la dimensión del problema económico actual. Las dificultades para obtener recursos que puedan dar respuesta a la demanda de ayuda hace necesario que la sociedad colabore activamente para restablecer los principios de dignidad y de justicia social. Los bonos solidarios que Caritas emitirá próximamente por un importe de 2 millones, y que se destinarán a reflotar uno de sus principales programas sociales, la Planta TIV, es una iniciativa que merece todo el respaldo. No hay que olvidar que las personas más desfavorecidas han de ser el centro de nuestra atención.