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El principio de austeridad de la administración pública para reducir el déficit no puede afectar a los servicios básicos, los que pretenden cubrir las necesidades esenciales de las personas que los necesitan. Tampoco este criterio puede aplicarse a los concursos para conceder la gestión de estos servicios. Además, las administraciones tienen la obligación de permanecer vigilantes para que la asistencia sea la adecuada. En el caso de las deficiencias denuncias en la gestión del geriátrico de Sant Lluís, que afectan a este calidad del servicio, ha fallado el Ayuntamiento, al demorar en exceso la toma de decisiones. El caso no ha de extrapolarse a otros centros de la Isla. En conjunto, la mejora de los servicios geriátricos, en cuanto a número de plazas y calidad ha sido considerable. La situación de Sant Lluís, con un centro estrenado hace siete meses, pone sobre la mesa la importancia de una visión más amplia, insular, en la coordinación de este tipo de recursos. Desde octubre de 2006 existe el Consorcio Sociosanitario de Menorca, cuyas funciones pueden ser mayores que las desarrolladas hasta la fecha. La atención a las personas sigue siendo una prioridad que ha de mantenerse como tal.