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Noches vacías, calles lóbregas y comerciantes apesadumbrados. Tras un interminable invierno, Maó se ha desperezado por fin para dejar paso a una temporada estival que invita a salir y a pasear y, porqué no, a consumir y a comprar. El centro histórico de la ciudad exhibió el martes una estampa insólita gracias a la iniciativa "Nits de música al carrer", que se presentó oficialmente dejando a su paso terrazas llenas hasta la bandera y un ambiente festivo amenizado por diversos grupos musicales. Tal vez hemos esperado demasiado, quizá se podría haber abierto la veda semanas atrás o incluso en temporadas anteriores. Tienen razón todos aquellos que critican que se ha descuidado la dinamización turística de Maó pero, como en otras facetas de la vida, no nos percatamos de la complicada situación en la que nos encontramos hasta que hemos tocado fondo. Es entonces cuando nos esforzamos para salir de nuevo a flote y, a día de hoy, la ciudad está luchando por reactivarse. De momento, este proyecto promete y quizá sería un buen momento para plantearse iniciativas similares en otras zonas del municipio que han perdido fuelle en los últimos años. Tal vez las notas musicales serían capaces de revitalizar también el puerto de Maó. Vale la pena planteárselo.