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En la fachada de la iglesia del Carmen de Maó existe un banco de piedra que es un remedio matinal infalible, y muy económico, contra el calor y el estrés. No obstante, desde hace unas semanas el banco de piedra ofrece unas vistas que han eliminado las propiedades relajantes del asiento. El jueves por la tarde, sobre las 19 horas, veinte minutos de observación permitieron constatar cómo seis coches se equivocaban y bajaban desde Portal de Mar a Ses Voltes por el carril que no tocaba, el de subida según la nueva ordenación. En dos casos el vehículo que venía de frente tuvo que frenar y en uno de ellos casi hubo accidente. Es un hecho, no una opinión. Como es un hecho que en la Plaça Conquesta se han marcado nuevos aparcamientos, a costa de los bancos de madera, pero no el trazado para los coches. Como es un hecho que los peatones que acuden a la biblioteca o alrededores se han convertido en practicantes de una actividad de riesgo. Como es un hecho que las nuevas tiendas de moda que están animando el centro se han ubicado en calles peatonales, cuestionando así la teoría inspiradora que relaciona motor y prosperidad comercial. Como es un hecho que la nueva ordenación se ha hecho con pegatinas naranjas, y no con la habitual pintura blanca. Y es un hecho que reordenar el tráfico es una medida barata y efectista. Así no hay quien se relaje.