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Hoy se reúne el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que forman el Gobierno y todas las autonomías. La reunión es decisiva después de las fuertes tensiones que viven las comunidades autónomas debido a su difícil situación financiera y a las presiones que reciben del Ministerio de Economía para que el déficit público se limita al 1,3 por ciento de su PIB regional, algo que no está al alcance de la mayoría. Cumplir con las exigencias de Bruselas, con unos mercados tentados de calificar a la baja la economía española, representa un callejón del que es difícil salir. El presidente balear, José Ramón Bauzá, presentó ayer a la ministra Elena Salgado un plan de saneamiento que se ha comprometido a cumplir, con duras políticas de austeridad. La aprobación de este plan ha de permitir al Govern acudir a los bancos con la intención de recabar la financiación necesaria para atender el pago a los proveedores y transferir capital a otras administraciones, el Consell y los ayuntamientos, evitando así el colapso de servicios básicos y el desarrollo de proyectos en marcha. La necesaria reducción del déficit público, después de dos legislaturas de un gran incremento, no puede imponerse sin valorar las consecuencias que representa para los ciudadanos.