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El presidente del Consell se ha propuesto como uno de sus principales objetivos definir en pocos meses una hoja de ruta sobre turismo, que permita consensuar los objetivos concretos para los próximos ocho años con el sector privado y la oposición política. Contar con un plan estratégico para dos legislaturas, con metas y plazos concretos, es un planteamiento necesario puesto que el sector turístico es el principal motor económico y de su actividad depende el desarrollo de la Isla y el bienestar de sus habitantes. Para que la hoja de ruta sea útil se han de cumplir algunas premisas. La primera es la unidad de acción, pública y privada. Hay posibilidades evidentes de un acuerdo amplio. Seguramente hay más ideas que pueden compartirse de forma mayoritaria que no que creen división. Las asociaciones, especialmente las empresariales, deben olvidarse de conflictos de representatividad y optar por la implicación activa en el desarrollo de esta hoja de ruta. Su éxito depende de la gestión del Consell y de todas las entidades de la sociedad civil. Menorca no parte de cero. Cuenta con recursos y con una imagen turística propia, aunque poco promocionada. El potencial turístico de la Isla es enorme. Es el momento de encontrar el camino que lo desarrolle.