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El Govern lleva algunos días desmintiendo informaciones periodísticas y respondiendo a declaraciones políticas sobre los previsibles recortes en materia de atención sanitaria. El vicepresidente económico, José Ignacio Aguiló, se refirió ayer a una "gestión diferente" en esta materia, que forma parte de los cinco ejes básicos y genéricos para la reducción de 380 millones de euros de gasto hasta final de año. Sin embargo, la falta de concreción permite las especulaciones, que nacen de la preocupación entre los profesionales del IB-Salut y los propios usuarios. Es evidente que no se van a cerrar los servicios de urgencias en los centros de salud, a pesar de que se apuntan posibles restricciones horarias. Es cierto que José Ramón Bauzá debe encontrar el camino a una situación económica muy complicada, que si correspondiera a una empresa privada se encontraría en situación de concurso de acreedores. Sin embargo, es necesario que el Govern informe con detalle de los planes de ahorro y cómo afectarán a la atención sanitaria y al sistema educativo. Una mejor gestión ayudará a reducir el gasto, pero la pregunta es si será suficiente para conseguir el objetivo de reducción del déficit o si será necesario reestructurar y limitar algunos servicios del sistema de salud.