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El nuevo presidente de Autoridad Portuaria de Balears, José María Urrutia, visita la Isla para presentarse a las autoridades y a algunas entidades, no todas, relacionadas con el puerto de Maó. Sin duda es consciente de lo que se espera de la nueva etapa que él representa. La ciudad necesita más que nunca que el puerto vuelva a ser un motor para la economía y el dinamismo social. El dique de Son Blanc representa un descenso de la actividad portuaria en Maó, lo que obliga a buscar nuevos planes para que el enorme potencial de esta dársena se impulse con actuaciones concretas. La nueva estación marítima, el varadero y el vial de acceso a la zona del Cós Nou son proyectos heredados de importancia, sin embargo es necesario disponer de una visión del puerto a largo plazo. La primera reunión entre Urrutia y el nuevo equipo de gobierno de Maó ya representa una positiva actitud de colaboración, al igual que el encuentro con el Club Marítimo. Disponer de amarres a precios asequibles; participar más del desarrollo del turismo de cruceros; potenciar el valioso atractivo cultural del puerto; facilitar las actividades económicas, son algunos de los objetivos que han de abrir las puertas a una nueva etapa en la relación entre el puerto y la entidad que lo gestiona.