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En las estadísticas del Aeropuerto de Menorca de la última década se demuestra de forma muy gráfica como la temporada turística se ha acortado de forma muy considerable. Sólo en las cinco semanas punta, entre finales de julio y de agosto, se mantienen las cifras de 2001. En el resto se han ido perdiendo visitantes y se comprueba que cada año la temporada se inicia más tarde. Este es uno de los principales problemas de la economía insular, con una incidencia negativa en la contratación. Ya no se trata de desestacionalizar, sino de recuperar la actividad en los meses propios de la temporada, de abril a septiembre, para que finalmente el balance pueda ser positivo. Este año, con mayor número de visitantes y una respuesta favorable de algunos mercados, especialmente el italiano, el incremento de la ocupación hotelera ha sido a costa del esfuerzo empresarial en las ofertas, mientras que en el sector de servicios complementarios los resultados no han sido mejores, a la vista de la encuesta de PIME. Las empresas y las instituciones deberían ser capaces de avanzar en propuestas y programas concretos para que Menorca sea un destino más atractivo también durante las semanas en que los hoteles no están llenos y la Isla ofrece un aspecto excelente.