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Madeleine Stowe es guapa. Muy guapa. Una delicada delicia y un lujo. Una "delicatessen". Muchos hombres la invitarían a descansar. Creo que esta mujer representa la belleza en estado puro (aunque en opinión de otra mujer también la pueda representar naturalmente un mancebo bien constituido, cubano si es posible como bien atestigua una amiga)

Pero hablemos de Madeleine. Esa mujer no es el tipo de belleza deslumbrante pero tiene gancho. Ya sabemos que a veces es mejor tener gancho que tener utensilios carnales sobrantes. A mi me parece que esta actriz americana, nacida en L.A. de padre inglés y de madre costarricense y apellidada Mora, tiene efectivamente mucho encanto y un halo de misterio que lo aumenta. También se lo debió de parecer a quienes hace unos años remarcaron su "frágil y sensual belleza de mirada triste" y la reconocieron como una de las mujeres más sexys.

A muchos hombres no les gustan las mujeres tipo percherón (perdón por la expresión …y por la rima demasiado evidente) sino que las prefieren más ajustadas a las posibilidades reales de las fuerzas existentes. Los Berlusconi solo existen en Milano. A veces la opulencia aburre y es preferible un elitista y estricto control de calidad.

Recuerdo que mis amigos de aquellos veranos adolescentes de Punta Prima (los Buñuel, los Seguí, Jaume Coll, etc) se asombraban de que a mi me atrajeran mucho más los ojos de las mujeres que sus cuerpos. Les era difícil entender que sus miradas me inspirasen más. Esa inspiración más adelante se pulió y refinó de una forma un tanto exótica con la aceptación de que un ligero bizqueo en los ojos femeninos aumentaba el atractivo. Un detalle sexy y especialmente innovador/incentivador. Un tipo de mirada que aceleraba la imaginación y pronosticaba una gran tarde de toros.

Cuando Dios creó a la mujer alcanzó la perfección definitiva. Nota "cum laude". Un regalo generoso que diversificó por todo el planeta. Hoy encuentras mujeres definitivas en todos los continentes que incentivan al consumismo carnal dentro en un comunismo estético igualitario y globalizado. Deo gratias.

En la clase de segundo de bachiller de mi hijo hay dieciocho mujeres (ya lo son a los diecisiete años) y solo seis chicos (aún lo son a esa misma edad). Desde hace ya muchos años se han trastocado los papeles que históricamente habían asumido las mujeres. En Alemania por ejemplo: "Kinder, Küche und Kirche" (niños, cocina e Iglesia) era la consigna aceptada socialmente. Pero ya no más. Las mujeres hace tiempo que afortunadamente ya tienen el mismo rango que el hombre. Aquí, en Menorca lo vemos especialmente en la política isleña. Tienen gran influencia y ocupan varios de los cargos más emblemáticos.

Efectivamente, Menorca dispone actualmente de un display de mujeres públicas muy interesante que contorsionan alrededor de la denominada "erótica del poder". En Mahón – Mahó tenemos a una alcaldesa propietaria de probablemente los ojos más bonitos de todo el levante insular (y claro, esos ojos tan expresivos no podían perder nunca las elecciones ante una barba). Son ojos que muestran viveza y prestancia y conceden confianza. También disponemos de alguna concejala "really hot" (quienes sepan inglés distinguirán los distintos significados de ese término) cuyo talento e imagen despejan cualquier duda sobre cualquier cosa. No hay discusión posible ante unos sólidos argumentos. La única respuesta posible es un sí a todo. En Ciudadela cuentan con la imagen (y el cerebro) de Toñi Gener, se supone que la futura senadora por Menorca, una mujer con gran estilo y atractiva donde las haya.

En el margen izquierdo de la carretera tenemos a la añorada Tuni Allés con su estilo colonial con tintes "vintage" que combina perfectamente con su ideología retro. Maite Salord y Joana Gomila, también "miembras" de ese grupo folklórico que destila permanentes efluvios campesinos, son atractivas, poseen estilo propio y condiciones reciclables.

De vuelta al sendero diestro, Salomé Cabrera es una mujer 10 mientras que el "touch of class" lo ponen sin duda Maruja Baillo, una genuina y perfecta "Lady" y Aurora Herráiz, una "crac" y mujer brillante y activa cuyo nuevo "look" mejora lo inmejorable.

Tenía razón James Brown cuando cantaba que este era un mundo de hombres pero que no sería nada, nada sin una mujer. Menorca tampoco.

Nota: Los políticos son recordados por cosas concretas. Artur Begur será recordado por habernos devuelto la "Penita" y por haber perpetrado el imperdonable atentado cultural contra los nombres históricos de su ciudad. ¡How sad!.