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Neutrinos? –te pregunta Roig-.

Y se lo explicas. Le hablas de unas partículas que, al parecer, pueden viajar a mayor velocidad a como lo hace la luz… Le planteas que ese hallazgo permite teorizar sobre si, en el futuro, sería posible regresar al pasado… Roig -lo sabes- se está aburriendo. A él no le importa el pasado. O quizás sí. ¿Recuerdas? Sí. Recuerdas las iteradas muestras de cómo echaba en falta a tu madre. Recuerdas la imagen de su pequeño cuerpo de bondad buscándola inútilmente por las habitaciones del viejo piso. Y su nerviosismo y su llanto al no hallarla. Como su inquietante pregunta que te formulaba, entonces, a través de unos ojos fijos, hirientes: "¿Dónde está?"…

Puede que fuera bueno, sin embargo, regresar al pasado. O no -como apostillaría Rajoy-. Tal vez así un funcionario jubilado se encontraría de nuevo ejerciendo de secretario de un instituto, buscando ese céntimo extraviado que le impedía cerrar ese estado de cuentas a presentar ante el "Consejo Escolar" a principios de enero y junio y en el que no podía faltar factura alguna. Ni tan siquiera el ticket de esa goma de borrar que no la requería, pero sí su comprobante, en una transparencia tan exigida como anhelada… Él, después de todo, no fue nunca presidente de una Comunidad autónoma… De haberlo sido no se habría visto forzado a buscar ese céntimo o esos millones de euros extraviados y mudados hoy en herencia indeseable…

Puede que, también, en uno de esos viajes retro, algunos servidores públicos recordaran aquellas sabias lecciones que les impartieron sus padres en su niñez. Como aquella en la que se evidenciaba la necesidad de no gastar más de lo que se ingresaba. Y algunos valores, como el del pudor… Ese que también se perdió en compañía del dinero que, por ser ajeno, se dejaba escurrir por entre las manos agujereadas de tantos. El pudor que exigiría, ahora, un largo periodo de silencio y autocrítica y no la pronta censura a quien dolorosamente intenta apagar el fuego que otros iniciaron…

Tal vez un electricista, o un fontanero, o un pintor, descubrieran, en su particular viaje hacia el pasado, igualmente, que maltrataron a clientes sencillos que no suponían excesiva ganancia. Eran tiempos de vacas bien cebadas. Al vecino se le podía mandar al carajo, sin que a nadie le importara un comino su pequeña tragedia, ese grifo que perdía o esa luz que no alumbraba. El turismo era el amo, el mago y la tierra prometida: las urbanizaciones, los grandes hoteles, los suculentos encargos... En ese viaje, el electricista, el fontanero o el pintor redescubrirían probablemente el rostro de aquellos a quienes antaño despreciaron y buscan, hoy, en tiempos de crisis, desesperadamente…

Los neutrinos dibujarían probablemente una isla cuya economía se sostenía en sectores varios. Y esas escuelas de calzado y bisutería que se dejaron morir por inanición. Y a esos muchachos que abandonaron sus estudios por el dinero rápido y fácil, sacrificando su preparación en aras a un brillante futuro que se desvaneció de pronto… Los mismos neutrinos que nos enseñarían, copiando al CDS, a montar una campaña electoral digna… Los mismos neutrinos que…

En ese viaje nos reencontraríamos, probablemente, con valores arrinconados, con conciencias hoy vendidas, con padres educadores, con conductas ejemplarizantes…

- ¿En qué piensas? –te interrumpe Roig-.

- En lo que veo… Cierro los ojos. Me miento. Me digo que es, tan sólo, una pesadilla. Los abro luego en la esperanza de que, efectivamente, todo haya sido un sueño. Pero la realidad se empecina en decirme que es eso, precisamente, realidad: jueces del PP y del PSOE con dictámenes cantados; inexistencia de una independencia en el poder judicial; millones de parados que no hieren porque desconocemos sus nombres; rendiciones presentadas como victorias; víctimas olvidadas y verdugos ensalzados; ausencia de autocrítica; revanchismo; reapertura de viejas heridas y consiguiente negación de paz en el presente y en el futuro; clase política no preparada; listas cerradas; juego sucio; manipulaciones varias; odios a modo de argumentos; despilfarro; incapacidad para pedir perdón…

- ¿Neutrinos?

- Sería bueno regresar…Para hacerlo todo de otra manera. Para entender, por ejemplo, que la Guerra Civil, por civil, la perdimos todos; que la vida es sagrada; que el despilfarro significa algo concreto, una cama hospitalaria menos, un recurso menos; que la unión de fuerzas fue siempre posible… Regresar para constatar que lo hemos hecho rematadamente mal… Y que, a nivel particular, también erramos, dejándonos llevar por el canto de las sirenas del capital y sucumbiendo a su tentación: la de vivir por encima de nuestras posibilidades…

- Nos queda el presente… Y el futuro…

- No sin antes efectuar un profundo análisis de conciencia, Roig… En todos los ámbitos, en todos los niveles… Y un contundente propósito de enmienda

- ¿Seréis capaces?

Enmudeces. La pregunta de Roig es hiriente. Pero él entiende de elocuencias varias. E interpreta, correctamente, la de tu silencio…