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La necesidad y la soledad siempre han hecho estragos en las vidas de las personas. Muchas actúan de un modo, y no de otro, por la deriva que les impone la vida.

Muchos creen que las prostitutas forman una ONG, con fondo caritativo, que es fundamental para calmar las ansias naturales y suavizar la soledad de muchos hombres. Estas mujeres no son sólo cuerpos/máquinas que dan un placer momentáneo sino que también pueden actuar como auténticos paños de lágrimas para muchos seres humanos que se encuentran solos en el mundo y necesitan de alguien que les escuche y se interese por sus problemas. Alguien que les ayude a combatir esa terrible soledad incluso sabiendo que puede ser un falso interés. Muchos hombres pagarían lo que fuese para que otro ser humano les escuchara en un momento dado, para sentirse "importantes" (es decir para auto demostrarse que "importan" a alguien) aunque sólo sea momentáneamente. Así pues, a veces las casas de las antiguas "dones que fumen" se pueden convertir en una consulta atendida por una psicóloga sexy al frente. Muchos hombres en sus momentos más bajos han visitado estos "consultorios" y no siempre para aliviar sus ímpetus naturales sino para procurarse oídos para sus cuitas.

Pero hoy no tengo intención de tratar sobre esa ONG, todavía no subvencionada, sino de otro tipo de señoritas de compañía que algunos (maliciosos o desinformados) pudieran confundir con aquellas otras. Me refiero a las "private dancers" (bailarinas privadas), esas chicas normales que en Estados Unidos y en Oriente te encuentras en algunos bares, dispuestas a echarse un baile contigo a cambio de un dólar, un simple dólar. Es el "One dollar dance". Venden su tiempo, y sólo su tiempo, por un dólar ("a dancer for money"). Un tiempo tasado para bailar que casi nunca supera los 3/4 minutos. Previo aquel pago, puedes bailar con la señorita que elijas, puedes abrazarla púdicamente, puedes hablarle o incluso susurrarle y, en contraprestación a tu educación, ella presta o simula prestar atención a tus relatos. Una educada forma de ligue ficticio. Una especie de "contrato social" efímero, tasado, acotado y con las cláusulas bien delimitadas.

Tina Turner tiene una canción muy famosa ("Private dancer") que precisamente trata de esas chicas que alquilan ese tipo de compañía y bailan por necesidad.

Recuerdo un viaje a Los Angeles para participar en una Feria con SEBIME en el que algunos pudimos comprobar estas características. Nos hospedábamos durante seis días en un hotelito de la cadena Holliday Inn en el "down town" de la ciudad y, unos pocos, descubrimos un local cercano que ofrecía esta posibilidad de baile. Yo mismo la utilicé por curiosidad. Bailé varias canciones (lentas, claro) y gasté varios dólares. Experiencia agradable y chica de color muy atractiva (que necesitaba dinero para gasolina ya que se había quedado sin y no tenía un céntimo). Experiencia tasada y positiva.

Pero hablando de bailes también existen otros tipos. En menorquín, nuestro dialecto isleño, es muy utilizada la expresión "!Quin ball tenim!" o en su versión buenista "!Bon ball tenim"! La aplicamos a cualquier situación que nos sorprenda o que se nos presente dificultosa, problemática, etc. Actualmente y vista la situación, es idónea para comentar temas políticos.

Las elecciones ¿no son en el fondo un contrato de "one dollar dance" con un partido determinado por un tiempo determinado? ¿Tu voto no les paga cuatro años de permanencia en el poder? Cuando se acaba ese período "de baile" ¿no puedes / debes de buscarte otra bailarina, otro partido? Estas semanas asistimos a un portentoso espectáculo teatral al ver a viejos bailarines más vistos que el TBO que se llenan la boca de nuevas proclamas y nuevas ofertas cuando ya han estado gobernando durante años y no las han aplicado. Sin duda es el resultado del pánico escénico a un fracaso garantizado. Cuando escuchamos esas mentiras consolidadas en las bocas de esos mentirosos profesionales debemos de exclamar, efectivamente: "Bon ball tenim!".
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Nota 1: Estamos de enhorabuena. El Govern liquidará por fin el COFUC, esos comisarios políticos lingüísticos que tanto han dañado la libertad y a nuestra cultura lingüística balear. Gracias Señor por escuchar nuestros ruegos. ¡Brindemos!.