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Siempre que se da una noticia de esta índole los medios de comunicación la amplifican notablemente como queriendo insinuar que los científicos van errados y que existe algo sobrenatural y desconocido. Luego no profundizan en absoluto, olvidándose rápidamente del tema. Y el hecho es que el comunicado oficial emitido en septiembre dice que se han detectado anomalías en el tiempo empleado por unos neutrinos en desplazarse desde el CERN, en Ginebra (Suiza), hasta el Laboratori Nazionali di Gran Sasso, a 730 kilómetros de distancia, en Italia. Otras veces ya se han apreciado anomalías de esta índole y se ha especulado sobre las mismas, resultando que existían errores de medición o de los métodos empleados, ya que es muy difícil la medición de estas partículas tan ínfimas. Hay que tomar la noticia con reservas y esperar el análisis cuidadoso de los datos a cargo de los especialistas.

Los neutrinos son partículas que se engloban entre los leptones y también son, por tanto, fermiones. Son tres: el neutrino electrón, el neutrino muón y el neutrino tau, así como sus correspondientes tres antineutrinos de antimateria. Su espín es de ½ y no poseen carga eléctrica ni de color, no estando sujetos, pues, a las fuerzas electromagnética y de interacción fuerte. Solo son sensibles a las fuerzas gravitatorias y de interacción débil. Es por ello que pueden atravesar limpiamente la Tierra sin interactuar con nada.

Millones de neutrinos nos atraviesan a cada instante; no hay que olvidar que en el interior del átomo hay un gran vacío. Multitud de ellos provienen del cosmos, del Sol y de explosiones de supernovas. También se producen neutrinos en las centrales nucleares y, como no, en los experimentos del CERN desde donde salen en todas las direcciones.

Los neutrinos generados por el CERN son los que se han aprovechado para efectuar el experimento OPERA. Se ha medido el haz de neutrinos viajando desde el CERN al Gran Sasso. Se han detectado unos 15.000 eventos atribuidos a neutrinos, y los resultados apuntan a que éstos han viajado una 20 millonésima parte por encima de la velocidad de la luz. Aparentemente lo hicieron a 299.798.453 m/s de velocidad media en vez de a la velocidad de la luz de 299.792.458 m/s. En las mediciones se emplearon relojes atómicos de gran precisión.

Las salas experimentales del laboratorio italiano se encuentran a 1.400 m de profundidad, enterradas en la montaña del Gran Sasso, a unos 120 kilómetros de Roma, y dependen del Instituto Nazionale di Física Nucleare.

Ahora resta esperar el análisis de estos resultados y descartar los posibles errores. Hay quien especula con que no se midió bien el tiempo de inicio del experimento y que los neutrinos salieron antes, o bien si éstos son los neutrinos en cuestión u otros han perturbado la medición, o bien si la masa de los neutrinos puede que tenga que ser revisada...