Ya veremos por dónde...

Van a ir los tiros. Los de ETA parece ser que se quedarán en la recámara, y digo recámara porque hasta que no entreguen las armas, no vamos a estar seguros de si siguen cargadas o no. Los otros tiros, los del día a día, los del paro, la incertidumbre económica y la ausencia de horizontes claros, no son tan mortales como los salidos de una 9 mm parabellum, pero también son sangrantes y con heridas difíciles de curar, porque entre los interrogantes existentes entre la clase médica y los cada vez más escasos stocks en las farmacias inmersas en oscuros túneles, difícil veo la cura de nuestros cada día más serios males. Y hablando de tiros, los que te salen por la culata es otro cantar si por culata pudiéramos entender el espejo donde poder mirarnos. Las famosas galletas Quely han encontrado un buen padrino para seguir promocionándose y al mismo tiempo contentar al consumidor. Van a servirse a bordo de los aviones de Air Berlin, sí hombre, esa compañía que estuvo aquí en Menorca en esa época de "te quiero, no te quiero" cuando el desojar pétalos de margaritas era casi un deporte más nacional que romántico. Además, por la compra de esas galletitas en los super, el cliente podrá obtener vales de 10,00 € de descuento para sus vuelos. Pienso si aquí nosotros no podríamos hacer lo mismo ofreciendo porciones de quesitos o a tacos y vales descuento. Claro que para eso tendríamos que contar antes con una compañía aérea que quisiera entrar en el juego, pero eso ya son tiros de otro costado, claro.