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El Govern ha cumplido su promesa y ha aprobado un proyecto de presupuestos para 2012, que probablemente sufrirá modificaciones a lo largo del año, pero que representa un documento básico de planificación. A pesar de que el importe es mayor, se ajusta a un año muy complicado. Pocas inversiones y un enorme gasto financiero (más de dos de cada diez euros serán para los bancos) condicionan la capacidad de la Administración para incidir en el desarrollo económico y en la salida de la crisis. Además de las inversiones también las subvenciones se reducen al máximo, lo que afectará a muchas actividades que hasta ahora contaban con el apoyo del Govern. Se ha dado prioridad a los aspectos sociales, como es lógico, sin embargo uno de los departamentos más afectados por la reducción es Educación, con 55 millones menos, lo que cuestiona la prioridad que José Ramón Bauzá estableció en su programa electoral. Este es un presupuesto sin promesas, que rebaja las expectativas de crecimiento al 1,1 por ciento en Balears, lo que contrasta con la estimación del Gobierno del 2,4 nacional. Los números planteados por el Govern son el primer paso de una reacción en cadena, porque van a crear estilo en todas las administraciones públicas.