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Este próximo fin de semana se representa en el Teatro del Orfeón Mahonés (no "maonès") la conocida obra de Muñoz Seca "La venganza de Don Mendo". Se trata de una alegre y divertida astracanada que, con abundantes juegos de palabras y constantes golpes de humor, garantiza la risa permanente durante toda la obra.

Esta representación es posible por la feliz unión del citado Orfeón con la Casa de Andalucía en Menorca que, juntos, han creado un cuadro escénico formado por medio centenar de actores bajo la dirección del conocido y prestigioso Juan Cubas. Vienen ensayando desde hace medio año y ya se intuye el éxito de esta puesta en escena. Es una buena ocasión para ver teatro costumbrista español en una isla que no se ha caracterizado en los últimos años por mostrarlo en demasía.

Efectivamente, el teatro aficionado en la Isla ha sido principalmente acaparado por unas pocas compañías (casi siempre las mismas) amables con las ideologías que han venido gobernando y complicando Menorca. Sólo ellas han tenido acceso "als ajuts" (ya lo dije en su día: !qué palabro más horrible!) y a las subvenciones. Sólo unos pocos han acaparado la escena teatral isleña mientras otros, más abiertos y menos dóciles al poder establecido, han sido prácticamente ignorados y tratados casi como proscritos por no representar en la lengua del nuevo imperio colonizador. El apoyo ha sido para aquellos que representaban las esencias del nuevo "establishment". Una desgracia para la diversidad cultural isleña que, sin duda, deberá de cambiar con los nuevos inquilinos políticos. La nueva responsable del Teatro Principal mahonés tendrá que contemplar la mejora del "escenario" (esto no es una crítica a la anterior responsable sino una petición de mejora general para incidir en la diversificación de la oferta).

Sí, parece que las cosas pueden ir cambiando en Menorca pero se tendrá que romper la inercia creada con el tiempo. Todas las situaciones que parecen inmutables tienen, en realidad, su duración tasada, todos los reinos terrenales tienen caducidad. Caen los imperios más sólidos.

En los últimos años la ciudad de Mahón ha adolecido de teatro en español (lengua constitucional, estatutaria y "propia" (¡!) de muchísimos menorquines y residentes. En contadas ocasiones se han podido ver obras de nuestro acervo cultural común. El teatro costumbrista español es una de las joyas culturales de nuestro país. "La venganza de Don Mendo" forma parte de ellas. Generaciones de mahoneses todavía recuerdan las representaciones de las obras de Alfonso Paso, Arniches, los hermanos A. Quintero, etc. que, muchas de ellas, siguen siendo válidas a día de hoy. Bienvenido sea por tanto todo lo que signifique la ruptura de una inercia impuesta que debe de significar el comienzo de una visión más amplia en la promoción de la cultura teatral en la isla.
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Nota 1: El artículo del pasado viernes ("Todos indignados") debió de ir acompañado de una foto que daba mayor sentido al texto. Otra vez será.

Nota 2: Varios amigos me piden que me haga eco de la emoción que muchos mahoneses sintieron este pasado sábado al escuchar a "El Consorcio" cantar nuestro "Es Mahón" en un conocido programa de televisión.

Nota 3: Deudo de su dependencia vital y estómago agradecido por su pasada vida laboral en Barcelona como mancebo de la GeneraliTat (¡tat per un forat!), "es xistós des Mercadal" ahonda en la ofensa a muchos mahoneses llamándonos "iletrados" mientras se abona al desamor por nuestra historia. Se parapeta detrás de la sardana y se unta de "mongetes" mientras se cubre su coco con una barretina de rebajas al tiempo que sostiene una butifarra mordida en la mano como divisa vital. Auténtico "iletrado" en historia mahonesa se transmuta en cotorra sin cresta cuyo repertorio, escaso, repetitivo y cansino, airea las falsarias consignas de su sectaria ideología. Amén.