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Con el desmantelamiento de la planta de CLH ubicada en Cala Figuera, Maó recupera medio siglo después una zona privilegiada en el puerto para un uso social de equipamientos, según consta en el Plan General de Ordenación Urbana. Ahora se abre un abanico de posibilidades para la reconversión de los 7.000 metros cuadrados de terreno que quedan libres. El proceso de desguace que se inició ayer, con un año de retraso a causa de interminables trámites burocráticos, debería aprovecharse para acelerar el plan de usos que definirá el futuro del solar y cuya redacción no debería demorarse más en el tiempo. De momento, se ha hablado de la construcción de un puerto deportivo, una marina seca para embarcaciones de recreo y un paseo marítimo que conecte con Es Castell. Seguramente aparecerán más ideas, pero la decisión que se tome ha de ser necesariamente consensuada entre Autoridad Portuaria, Ayuntamiento y Consell, atendiendo a la transformación que está sufriendo la rada, tanto física como conceptual y que pone sobre la mesa las carencias y oportunidades que vive el sector marítimo. Mientras llega el acuerdo, la propuesta de la alcaldesa Águeda Reynés de habilitar un aparcamiento provisional debería ser tenida en cuenta.