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Más allá de que uno pueda o no compartir su ideología, el primer socialismo español que ayudó a que en España se realizase una Transición aceptable (aunque el tiempo después demostrase sus carencias y faltas de concreción), no provocaba sentimientos de rechazo en muchas capas sociales. Incluso en las más centradas. Fue cuando el PSOE arrasó en aquellas elecciones que acabaron con el poder y la gloria de UCD.

En aquellos tiempos, en Menorca y concretamente en Mahón, el PSOE estaba compuesto por una mezcla de gentes provenientes de la burguesía de la ciudad junto a otros representantes de las clases medias junto a hijos de militares franquistas, etc. Era un conglomerado que estaba muy integrado en la sociedad mahonesa y que unía una cierta ideología (más dócil que la del PSOE-histórico) con la empatía social.

Recuerdo que buena parte de aquel primer Consistorio socialista de Mahón eran antiguos compañeros míos del Instituto de Mahón a todos los cuales, como amigos que son, siempre he tenido y sigo teniendo el máximo aprecio. Pero pasó el tiempo y la cosa fue cambiando. Aquel socialismo moderno que encandiló a gran número de electores fue degenerando hasta llegar, ahora en estas pasadas elecciones, a perder cinco millones de votos en toda España. Lo que era moderno en su día se ha ido convirtiendo, especialmente en estos pasados ocho años, solo en un "pasado glorioso" por mor de las nuevas y fatales directrices que han venido gobernando y controlando al antiguo partido de Pablo Iglesias.

Un partido que en su día siguió los pasos de la socialdemocracia europea (no en vano Willy Brandt fue el "tutor" de Felipe González) se ha ido convirtiendo con el paso del tiempo en un partido que regresaba lentamente al radicalismo y al enfrentamiento apostando, de facto, por querer romper aquella entente de la Transición. El responsable de todo ello ha sido José Luis Rodríguez Zapatero (y todos sus colaboradores y aduladores). Fue él quien creó un cordón sanitario en torno al segundo partido español tratándolos como apestados, fue él quien para mantener el poder a toda costa ("como sea") pactó reiteradamente con los nacionalistas todo lo imposible, fue quien alentó un nuevo estatuto catalán que nadie requería y ha sido él quien ha hecho hincar la rodilla de España ante el terrorismo etarra al permitir la entrada de nuevo en las instituciones democráticas a quienes desean servirse de ellas para romper la unidad de España no sin concederles al tiempo una financiación nunca soñada. Ha sido él quien se apartó y ofendió a Europa y al mundo occidental, para acercarse a la carroña dictatorial caribeña y castrista. Un peligroso soñador de cine-club que no solo ha dañado a nuestro país hasta límites estratosféricos sino que ha destrozado a su propio partido mandándolo a la oposición en todas las administraciones. Un visionario letal para todos.

¿Y que ha pasado en Menorca? Pues que quienes han seguido las directrices del zapaterismo (sus representantes en la Isla) también se han estrellado. En Mahón se ha visto con meridiana claridad. Hará unos tres años, yo que no siento ninguna animadversión contra el socialismo centrado internacionalista, ya advertí al entonces alcalde Tur que debía de alejarse de los radicales del PSM si quería tener alguna opción en las siguientes elecciones. Le dije que los que estuvimos al pie del cañón comprobamos como muchos socialistas firmaron a favor de los nombres históricos de Mahó-Mahón. Le recordé que muchos de sus votantes eran castellano parlantes y que la inmersión lingüística forzosa en el Municipio no podía traer nada bueno para el PSOE. Lo mismo ocurrió en una entrevista particular que mantuve con Marc Pons en el Consell advirtiéndole de lo mismo. Pero ahora han perdido y deberán de irse. Y lo siento por los dos porque no me caen mal.

El PSIB ha estado bajo mandato de una campesina como Armengol y de un aldeano como Antich. El resultado está a la vista. El PSOE Menorca ha estado supeditado a la "normativa" nacionalista cuando el partido siempre había sido internacionalista. Se impone una reconversión radical. Los socialistas menorquines deben separarse de su sector nacionalista para poder volver llegar a todos. Ésta es la primera tarea pendiente: volver a los orígenes.