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Cuando Thomas Mann escribió "Die Buddenbrooks" (1901) aparte de retratar magistralmente la decadencia de una familia de la burguesía alemana de finales del diecinueve, también retrató de forma inconsciente el descenso a los infiernos que años más tarde sufriría aquella Europa de mitad del siglo pasado.

El Premio Nobel alemán estudió en sus obras los secretos del alma alemana y europea, pero no sería hasta 1938, después de exiliarse a Suiza y luego de trasladarse a vivir a Estados Unidos, cuando se comprendió que el relato de la decadencia de aquella familia de Lübeck podía compararse también con la degeneración idealista que significó la guerra para toda el alma espiritual pan europea.

Este pasado sábado hemos invitado a comer a casa a dos queridas amigas alemanas. Una vive en Mahón hace ya muchos años y la otra, su madre, visita asiduamente nuestra isla desde hace más de cuatro décadas. Si siempre es agradable tener la compañía y rodearte de personas a las que realmente aprecias, más lo es cuando se dan circunstancias especiales que acentúan aquel aprecio. Vuelven los recuerdos de vivencias pasadas y regresan los sentimientos que te ligan a ellos, y también a su país de origen, Alemania. Resurgen los recuerdos de Hamburgo, los viajes por el país, aquel Berlín de los años setenta, aquel Muro, etc. Hablamos sobre amistades y de las relaciones entre nosotros, los europeos.

Europa vive ahora momentos de incertidumbre. El idealismo que supuso el nacimiento del proyecto de una Europa unida se está tambaleando por causa de las conocidas dificultades económicas. Leo en La Vanguardia (JJ López Burniol) "Europa …surgió en circunstancias dramáticas. Hay que imaginar lo que era Europa desde Hamburgo a Tarifa y desde Londres a Moscú, la madrugada del 12 de Mayo de 1945, el día siguiente de la rendición incondicional de la Alemania nazi ante los aliados: un escenario terrible de destrucción y muerte, en el que hombres y mujeres habían sufrido de manera indecible, hasta el punto de que si todos los gritos de dolor y espanto proferidos durante aquellos años resonasen al unísono, el mundo sería incapaz de soportarlos".

Superar las divisiones históricas entre los europeos (y hacer imposibles nuevos enfrentamientos) fue la base para querer fundar una Europa unida. La iniciativa del ministro francés Schuman y el canciller alemán Konrad Adenauer (junto a otros) permitió poner la piedra fundacional de lo que con los años se convertiría en la Unión Europea. Se había creado una ilusión que nos ha supuesto también cincuenta años de progreso y paz. Pero la crisis ha puesto de relieve que la unión económica no provoca, como consecuencia necesaria, ni tampoco significa, como errónea pero interesadamente se supuso, la unión política. La creación de una moneda única, nuestro euro, se ha demostrado insuficiente si no se cuenta con unas instituciones democráticas comunes sometidas también a control democrático directo que cuenten con posibilidades reales de impulsar políticas dirigidas a mejorar el interés general europeo sobre los particulares. Sin eso Europa no será viable.

Necesitamos un Gobierno europeo.
Si queremos salvar a Europa el siguiente e inmediato paso debe de ser ceder autonomías particulares a favor de una gobernanza común para todos los europeos. Los localismos y particularismos deben de dejar paso a la idea superior de formar parte de una nación europea, de formar parte de los Estados Unidos de Europa. Mientras la alta política europea se define para regular definitivamente nuestras vidas ya irremediablemente interrelacionadas, en algunas partes de España algunos siguen con sus minucias aldeanas predicando la ceguera reduccionista frente a la luminosidad mundana. ¡How sad!
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Nota 1: En el Día de la Constitución es apropiado abogar por su reforma para que sobreviva. Es deseable que los votos de todos los españoles valgan lo mismo procedan de donde procedan. Es urgente acabar con los privilegios y reconducir ya de una vez el ruinoso estado de las autonomías, auténtico cáncer para España. Es urgente defender la lengua común de todos los españoles frente a quienes incentivan y promueven las diferencias y minorizan las igualdades. Es urgente que en España entre el sentido común. ¡Viva la Constitución!
Nota 2: Buena parte de la prensa balear ha ignorado la sentencia del TSJB declarando ilegal la inmersión lingüística en Baleares. Alguna vez se tendrá que dar la noticia.