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Llevaba días pensando que era la única indignada al ver el vídeo grabado por unos chavales que estaban pescando y que observaron una tintorera. El paso de esta especie de tiburón por el puerto de Maó fue muy comentado, ya no solo en la calle, también en la página web del 'Menorca'. Fue ahí donde se inició el debate de lo mal (o no) que se expresaban estos chicos. Dejando las cuestiones lingüísticas aparte, lo que a mí me llamó la atención fue la manera despectiva de tratar al animal. Creo recordar que uno de ellos animaba a otro a que diera a la tintorera con una caña o algún otro elemento; mientras que, casi al final del vídeo, se reían porque se le había clavado el anzuelo. Desconozco lo que sucedió después, ya que la grabación finaliza. En todo caso, eso es lo que no comprendo. Hay cierta tendencia en la sociedad a no saber apreciar lo que nos rodea sin tener que dañarlo aunque sea mínimamente. Que se encuentran un cocodrilo de dimensiones gigantes, lo cazan. Que aparece un pulpo gigante en alta mar, lo matan. Que hay una mariposa con colores llamativos, la disecan. Y todo para que el ser humano pueda 'disfrutar' de ello. Qué manía con no dejar en paz a cualquier ser extraordinario o que no estemos acostumbrados a ver. Cuando comentaba que no estaba sola en mi reflexión, me refiero a que, por suerte, he descubierto que hay muchas personas que se hubieran contentado simplemente con grabar a la tintorera, sin cañas ni anzuelos ni risas de por medio.