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A medida que se acercan las fiestas navideñas compruebo y escucho que estas navidades no serán iguales, ya que la crisis económica supone un importante lastre. Sin embargo, tal vez por ese optimismo que me caracteriza, entiendo que debe ser ahora cuando, más que nunca, nos demos cuenta de que las "ausencias" materiales no pueden superar al enorme valor de tener a nuestros seres queridos a nuestro lado, gozar de salud y disfrutar de una época que, pese a todo, ha de ser especial. Es más, me atrevo a afirmar que la crisis económica nos ha de fortalecer porque, aunque sea por fuerza mayor, nos lleva a renunciar o "reprimir" ese afán por regalar, a menudo sin freno, olvidando en ocasiones que el mayor valor de estas fiestas y de comenzar un nuevo año ha de ser la salud de los nuestros y la propia. Porque la felicidad no se compra, y la salud, aunque se pueda intentar, no tiene precio. De modo que celebrar momentos especiales con los seres queridos debe ser considerado como una auténtica fortuna.

En unos días, afortunadamente, debemos dar gracias por las personas que nos rodean en un momento tan especial y único como las Navidades o el Año Nuevo.

El consumismo en el que se ven envueltas las sociedades desarrolladas hace que se adelante excesivamente el calendario y los símbolos que representan la Navidad y, también, que cada vez esta época esté más despojada de espiritualidad y más saturada de materialismo: regalos caros, comidas copiosas, exceso de publicidad que crea excesivas necesidades, aglomeraciones, atascos de tráfico, etc. entonces se produce lo que nunca hemos deseado que las reuniones familiares a menudo también se convierten en un lugar de desencuentro más que de armonía

El que los hijos y sus familias «vuelvan a casa» debería ser vivido como un regalo más que nos ofrece la magia de la Navidad y no como una situación incómoda, que estamos deseando que pase cuanto antes y que parece que todos los miembros de la familia aprovechan para intentar resolver desacuerdos que han tenido durante todo el año. Yo pienso que no es el momento para ello si no de todo lo contrario.

Como dijo Paulo Coelho "la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace a la vida interesante", pues hagamos que ese sueño de la realidad se haga realidad, y aprendamos su verdadero significado, poniendo por nuestra parte toda nuestra esperanza en nuestros seres queridos y en el recuerdo de los que ya no están.