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Algunos creen que la recuperación del PSOE está en la resurrección de sus santos y en el perdón de sus pecados, y pienso que está en acabar con el doble juego, ya que cuando se está en la oposición se recupera un discurso y cuando vuelven al poder, hacen lo imposible para anularlo. Ahora que se ha perdido el poder muchos oportunistas han empezado a abandonar el barco, es el momento del trabajo pedagógico en las bases, pero reconociendo los errores que se cometieron con las mayorías absolutas de más de una década, pensaba que se reformaría la cultura del poder, y fue a la inversa.

He escuchado a altos dirigentes del PSOE que era necesario reorganizar el partido, pero no es ganar la batalla de la opinión pública, sino consiguiendo una mayor vinculación con el tejido social y convertirse de nuevo en un partido de masas. Es una tarea difícil, pero necesaria, ya que la imagen del PSOE está muy deteriorada, posiblemente por los escándalos y por el carácter profesional de su militancia.

Lo siento, pero lo tengo que decir, el 'felipismo' fue un intento de destrucción en todos los referentes de la cultura de izquierdas, y todo se sometió al rodillo parlamentario. Se hundió aquella amplia y rica cultura cívica de los años 70/80, la desmovilización de todos los movimientos ciudadanos y de la cultura, fueron realmente provocadas desde la Administración, que supo marginar a todas las fuerzas transformadoras y así consiguieron que muchos cayeran en la frustración y en el apoliticismo, cortando las relaciones de las fuerzas del trabajo y de la cultura. Y nació una nueva cultura basada en el clientelismo, la corrupción y el pasotismo.

Hay quienes creen que hay que refundar el partido, pero siempre que sean capaces de analizar críticamente el pasado. Nosotros debemos cambiar más que nadie, puesto que estamos atrapados por la Historia. El PSOE ha dejado de ser un movimiento despreocupándose de las bases de masas; dejando todas las iniciativas en manos de unos gestores administrativos. Elevar el nivel cultural es fundamental, siempre desde una visión crítica, ya que el partido se formó a partir de la conciencia de la clase proletaria entre los obreros., sin aquella conciencia nunca hubiera llegado a ser el PSOE un partido de masas. Se rompió el cordón umbilical que unía al movimiento obrero con la ideología socialista. El debate no debería darse solamente dentro, hay que hacerlo en la calle, abierta y públicamente. Ésa es mi posición, desde la misma orilla.

Para recuperar los resortes del poder será difícil, y más con una derecha puritana que acelerará todo para desmantelar el sistema del bienestar social y sus conquistas. Pero no se ganarán unas elecciones cuando todo está basado en la cultura del espectáculo.
Esperemos que se produzca la catarsis, pero los cambios tienen que ser algo más que elegir a un líder. Toda la izquierda necesitamos de un proyecto reconocible. Nuestro problema no es haber perdido la mayoría, sino que han despojado toda la cultura socialista.

Estamos en los inicios del debate, pero el mayor de todos los dramas es el triste papel que hace el PSOE en Maó. No he conocido una pobreza política tan acentuada como la que están desarrollando. Pobre y en cierto modo, miserable.