Están mucho más cerca de la verdad los inocentes pequeños que ayer esperaban con ilusión los regalos de unos desconocidos personajes mágicos venidos de Oriente que los niños más crecidos que creen saber la identidad de los Magos y la encarnan en sus progenitores.
Es indudable que los Reyes Magos existen y la prueba más palmaria de ello es que cada año no fallan a su cita y nunca han fallado. Existen innumerables testimonios y pruebas gráficas de su existencia. Basta mirar las fotografías del ejemplar de Es Diari de hoy para comprobar que no solo son de carne y hueso sino que hay monarcas para cada municipio y todos los pajes habidos y por haber.
La ciencia se guía por las demostraciones y los hechos y las pruebas del paso de Melchor, Gaspar y Baltasar pueden encontrarse en casi todos los hogares de España.
Claro está que lo importante no son los regalos que recibimos sino la fuerza de la ilusión y todo lo que puede llegar a mover. La Epifanía, además de ser una fiesta religiosa trascendental que nos habla de la generosidad ,es la más poderosa demostración del poder de la ficción.
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