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El PSOE se halla inmerso en un debate sobre quién debe encabezar una nueva etapa, con el objetivo de superar la durísima derrota electoral y recuperar la confianza de los ciudadanos. Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, dos exministros, aspiran a la secretaría general y buscan las adhesiones de los militantes socialistas de cara al congreso de febrero. Esta convocatoria, con pocas sorpresas, será de transición y no definitiva. Es muy probable que la nueva etapa del PSOE no se inicie en este congreso, sino que espere una mejor oportunidad cuando el partido haya dispuesto de tiempo para renovar su programa, sus mensajes y las personas que han de llevarlos a la práctica. Sin embargo, algunos dirigentes socialistas deberían promover la autocrítica y asumir sus responsabilidades en las derrotas electorales, puesto que no todo es una consecuencia de la crisis económica. Ese proceso es posible que no se inicie desde arriba sino que se emprenda desde los congresos regionales y locales. Menorca puede ser un ejemplo, en que se plantee una alternativa a la dirección actual del partido y una renovación de los cargos. El PSOE deberá cruzar el desierto para volver a ser una necesaria alternativa de gobierno.