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No es la primera vez que "El apunte" habla de este asunto, pero es que la cosa tiene su miga. Mariano Rajoy, los sindicatos mayoritarios y la CEOE han mostrado un gran interés en cambiar de día algunos festivos y adosarlos al fin de semana para, de este modo, reducir el número de puentes, construcciones arquitectónicas de calendario que, al parecer, reducen la productividad. El asunto ha conllevado horas enteras de reuniones en plena crisis, algo absolutamente desproporcionado respecto a la incidencia real del problema. Sorprende que esta fijación con los festivos y su impacto en la productividad se produzca en un país donde el famoso "prime time" televisivo arranca a las diez de la noche. Ayer, el enésimo clásico Madrid-Barça empezó a las diez y acabó sobre las doce. El de la semana que viene, si hay prórroga y penaltis se irá a la una. Y al día siguiente hay que ir al colegio o a trabajar. En este caso, como mandan las audiencias y los ingresos televisivos, la productividad ya les importa bastante menos. Por cierto, los denominados agentes sociales, reducidos a efectos prácticos a la CEOE, CCOO y UGT, tienen siempre un papel relevante en las decisiones que debe adoptar el Gobierno de turno en temas económicos. Casi siempre este papel es mucho más relevante que el de los partidos de la oposición cuya representación, al contrario de lo que ocurre con estos agentes sociales, ha sido elegida democráticamente por el conjunto de la ciudadanía.