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Alrededor del puerto de Maó conviven un número amplio de asociaciones y colectivos que sienten la preocupación, unos más que otros, por el futuro de uno de los espacios más importantes para la economía insular. En los últimos días ha aflorado también un grupo de usuarios, que pretenden crear una plataforma de opinión con la intención de que la rada recupere su competitividad y definen como uno de los principales obstáculos los elevados precios de los amarres. El Ayuntamiento de Maó y Autoridad Portuaria han tendido puentes para colaborar y consensuar prioridades. Además, la alcaldesa Águeda Reynés ha reunido a los miembros de la comisión del puerto para informar de las propuestas, como por ejemplo las bases para el concurso de amarres de S'Altra Banda. Que el puerto ha perdido capacidad de generar actividad económica es una obviedad. Invertir el proceso ayudaría de forma indirecta, por ejemplo, a las comunicaciones aéreas, porque muchos usuarios de embarcaciones con base se trasladan en avión. De esta forma se crearía demanda, que es lo que nos falta en la Isla. Los colectivos del puerto, diversos y numerosos, deberían plantearse una acción unitaria, como se ha conseguido en el transporte aéreo con la plataforma.