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El Secretariado de Peregrinaciones de la Diócesis de Menorca proyecta, bajo la dirección técnica de la muy experimentada agencia Turismo y Peregrinaciones 2000 un interesante viaje a Rusia, del 3 al 10 de junio del presente año. No sin razón se habla de una "peregrinación", porque ese inmenso país de grandes estepas y frondosos bosques tiene unas raíces cristianas muy hondas. Se trata, de descubrir, en lo posible, lo que el excelente escritos Alexis Marcoff llama "el alma del Pueblo Ruso", la cual felizmente no se logró eliminar con setenta años de una feroz dictadura que trataba por todos los medios de destruir la fe cristiana.

Las fechas del viaje programado no pueden ser mejores ya que, como escribe el citado autor: "Si el invierno ruso es inclemente, en cambio la primavera es sin par y risueño como ninguno el corto verano", y refiriéndose a la agitada historia de esa inmensa nación, dice: "Cuando se desata la tormenta y sopla un viento de locura, desaparecen caminos y veredas, todo se borra y naufraga entre inhumanos aullidos". ¡Ojalá que en las presentes circunstancias históricas estén apareciendo los signos de su "primavera sin par"!

Los monumentos y ambientes en los que más podremos descubrir la esencia del alma rusa son las preciosas y sugerentes iglesias llenas de colorido en sus cúpulas bulbosas, los muros que circundan sus ciudades y barrios monumentales; los magníficos palacios imperiales, los riquísimos museos, y de un modo especial los monasterios en donde se percibe el hálito del espíritu de sus santos e ilustres monjes de todos los tiempos. Además en todos estos edificios e instituciones podremos ver colecciones de artísticos iconos con las representaciones de los sagrados misterios cristianos, cuya veneración ha influido poderosamente en la espiritualidad del pueblo.

En los dos primeros días de estancia en Moscú, podremos visitar la Plaza Roja, así llamada por el color de sus bellos y antiguos muros, con la iglesia a la que el pueblo dio el nombre de San Basilio en recuerdo de un monje muy admirado por los habitantes de la ciudad en el siglo XVI. Por la tarde se recorrerán los palacios e iglesias de más renombre, como son las que se designan como catedrales de la Anunciación, de la Dormición o Asunción de Ntra. Sra., la del Manto de María, y las de las de San Jorge, San Miguel, San Nicolás, así como la verdadera sede catedralicia, la del Salvador, que fue destruida por los soviéticos y ha sido totalmente reconstruida. No todas las iglesias y palacios podrán ser objeto de una visita detenida, pero al menos será posible ubicarlas y ver sus preciosos exteriores.

Para el día siguiente está prevista una excursión al monasterio de la Santísima Trinidad, llamado también de San Sergio, su fundador, un gran maestro espiritual que inicio su andadura como simple ermitaño y llegó a ser el padre de innumerables monjes. Su espiritualidad tiene semejanzas con la de san Francisco de Asís en occidente. El monasterio de San Sergio es uno de los pocos que, de algún modo, se mantuvo durante las persecuciones religiosas de la época soviética.

El día 6 de junio se dedicará, entre otras cosas, a conocer algunas construcciones modernas como el famoso metro de Moscú, con los ricos y espectaculares adornos de sus estaciones. También veremos diversos palacios y algunas iglesias. Por la tarde visita al museo Tretiakov, donde se halla el famoso icono de la Trinidad o de los tres ángeles.
Los días del 7 al 9 de junio, Dios mediante, tendremos la residencia en San Petersburgo, cuyo nombre, que hace referencia al apóstol san Pedro, fue cambiado durante el dominio comunista (Leningrado y Stalingrado). Fue la capital preferida del zar Pedro el Grande y de la zarina Catalina II. Es la ciudad en la que se implanta el gusto y estilos de la Europa de los siglos XVII y XVIII. Sus palacios son muy lujosos y sus iglesias de una magnificencia extraordinaria, como el templo de la Resurrección, el de San Nicolás, la catedral de San Pedro y San Pablo, San Isaac con una de las más altas cúpulas del mundo, la capilla palaciega, etc, así como son de admirar los grandes puentes, antiguos y modernos, sobre el río Neva y los canales de esta gran ciudad situada junto al golfo de Finlandia. El día 8 habrá visita al Museo del Hermitage, de cuatrocientas salas, uno de los más famosos del mundo, y se efectuará un paseo en barco por el río y los canales. El último día habrá una excursión a Pushkin y Petrodvorets, palacios y parques de Catalina II y Pedro I. En la primera de esas localidades, dentro del Palacio de Catalina hay la Sala del Ámbar de la que se ha dicho que es la octava de las maravillas del mundo.

También podremos visitar y celebrar la eucaristía en algunas iglesias católicas de Rusia, como posiblemente en la de Santa Catalina de Alejandría en San Petersburgo.

Esta peregrinación será, sin duda, una ocasión propicia para los menorquines de poder contemplar en grupo espléndidas obras de arte, y sobre todo de captar algo de la espiritualidad característica de un pueblo como el de Rusia, en el que se puede descubrir el precioso testimonio de fidelidad de millones de personas que han sufrido persecución y martirio por la fe durante más de medio siglo.