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Creo recordar que fue cerca de Venice (Fort Lauderdale), no demasiado lejos del South Beach (Miami Dade), donde hace ya más de quince años entré en un local cuya clientela me recordó la estética de la "Beat Generation" americana. En aquel lugar el libertinaje se unía a la libertad. Aquel día, en aquel momento, recordé los primeros libros de Ginsberg, Kerouac y Bukowski que compré en París a principios de los setenta. No me extrañaría que hubiese sido la "nefasta" influencia de Henry Miller lo que, durante un período, afortunadamente corto, me viciase con esos escritores. Ya ni me acuerdo.

Se conoce como "Beat Generation" a un grupo de escritores norteamericanos de los años cincuenta que describieron y retrataron "a su manera" ("I did it my way") la específica sociedad de su específico tiempo histórico. Fueron quienes lucharon contra el "establishment" de la época y contra el conservador "American way of life", dando pie a la liberación sexual de las generaciones americanas de aquellos tiempos que, luego, desencadenaron en el movimiento hippy que culminó con la contracultura rock. Sucedió cuando América (Norteamérica) hacía unas pocas décadas que había superado la "caza de brujas" de los años treinta y nos había ganado la Segunda Guerra Mundial, en los cuarenta, a todos los occidentales. Otra vez, "Thank you, América".

La obra que mejor representa este movimiento es "On the road" de Jack Kerouac que dio pie a múltiples interpretaciones del "dirty realism" (Charles Bukowski) de aquellos años. "Howl" (Aullido) de Allan Ginsberg, el autonombrado profeta de la contracultura, fue la denuncia más clara de aquellos tiempos de desolación ("Desolation Row", Bob Dylan –Highway 61).

El deber (el oficio de una clase intelectual) es proponer nuevas ideas para provocar cambios sociales en las sociedades donde viven. Todas las revoluciones (sangrientas o pacíficas) han llegado desde las premisas (las ideas) que los intelectuales han propuesto / impuesto a sus sociedades. Los intelectuales son (o deben ser) como los semáforos que permiten o no permiten el paso a "otra calle".

La sociedad norteamericana cambió a través de aquellas ideas, en principio incipientes y provocadoras, pero que luego dieron lugar a grandes cambios de costumbres que, exportadas, influyeron en todo el mundo.

Algunos se preguntan qué papel han tenido los intelectuales en nuestra isla en estos últimos años. Pero lo primero, en Menorca ¿hay una clase intelectual crítica en la isla? ¿Si la hubiese o hubiese habido, ha servido realmente como la conciencia crítica de nuestra sociedad? ¿Han animado a los cambios? ¿Pueden ser tratados y/o designados como intelectuales quienes viven (o han venido viviendo) del pesebre político? ¿No ha sido la adoración a ese poder político lo que les ha caracterizado? ¿No lo han utilizado para su propia supervivencia vital y no para su supuesta razón de ser: criticar al poder? ¿No ha sido esa pretendida intelectualidad silenciada, comprada y doblegada por las conocidas subvenciones doctrinarias? Mientras la isla se empobrecía, ¿había voces intelectuales que clamasen por tanta desolación o sólo ha habido silenciosas genuflexiones aprobatorias? Por otra parte ¿ayuda una autonomía cerrada y aldeana a criticar a tu vecino de escalera? ¿Es esa la "ventaja" de acercar la administración al administrado: tenerle cerca para presionarle y callarlo?

Esperemos que alguna vez surja en Menorca una "Beat Generation" local que, alejada del pesebre político, sea capaz de denunciar con independencia y con toda contundencia la estrafalaria actuación de una casta política vendida a lo políticamente correcto que ha contravenido los intereses más leales del pueblo menorquín.

Notas
- Me divierte que los miembros del nuevo "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" isleño, esos incipientes nuevos "flechas" bajo las ordenes del camarada - sargento Carod Rovira, me obsequien con una agradable diatriba trufada de inexactitudes y originales falsedades (¡no som del "Español", som del Barça!). De todas formas gracias por seguirme.

- "Xixerbeus" es una magnífica palabra menorquina que define perfectamente a los jovenzuelos (también denominados imberbes), que, propietarios aún de acné, no tienen experiencia vital alguna. Son los que también se entusiasman y ciegan con consignas foráneas aceptándolas incluso como su nueva religión. ¡How sad, indeed!

- No es lo mismo defender nuestra modalidad lingüística que inventarse una lengua. "Qui s' estima Menorca no ajuda a borrar ses nostres característiques més estimades. Anau més torts que un ganxo".

- Un consejo: la lectura, los viajes, la relación con el mundo exterior, incluso conocer tetas transalpinas, os ayudarán a superar la dolencia endogámica que padecéis. "Think a lot… settle down… there's so much you have to go through…" (Cat Stevens, "Father and son"). Os deseo lo mejor. Cuidaos.