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Dicen que la crisis empuja a las mentes a espabilarse en busca de nuevas oportunidades. Los lectores saben que semejante afirmación se reitera una y otra vez en cualquier foro empresarial y desde hace muchos años en todas las escuelas de negocios. Aunque ustedes no ignoran que en época de crisis también se sueltan muchas burradas. La penúltima no tiene desperdicio: a la consellera insular de Turismo, Salomé Cabrera, se le ha ocurrido que podría procederse al hundimiento en toda regla de "El Mouldi", el cochambroso pesquero hispano-tunecino que se halla atracado en el puerto de Maó desde el verano de 2003, para reconvertirlo en atractivo turístico. ¡Sublime! ¡Cuánta lucidez! ¡Cuánta energía mental!

Les aseguro que tras leer la información me pregunté si es que en Menorca se ha decidido trasladar el "dia d'enganar" del 1 de abril al 25 del mismo mes. Y no, mis fuentes expertas en tradiciones me tranquilizan y confirman que no ha habido cambio en el calendario. ¿A qué obedece pues la absurda propuesta relativa a "El Mouldi"?

¿Quizá cabe atribuirlo a un repentino calentón mental propio de la primavera? ¿Es posible que forme parte de un plan para constituir la empresa pública Ideas Agujereadas del Consell de Menorca? ¿Se pretende sentar las bases para la arqueología submarina de los próximos quince siglos? ¿O acaso se integrará esta alucinante idea en la hoja de ruta que anunció en su día el presidente del Consell, Santiago Tadeo, sobre la industria turística? Por cierto, ¿se ha hecho pública ya la mencionada hoja de ruta? Uno ya no sigue con la máxima atención la actualidad menorquina y es posible que Tadeo informara del contenido de la susodicha hoja de ruta en algunos de los diarios cuya lectura me salté semanas atrás por circunstancias que no vienen al caso. Y a la vista de la propuesta para provocar el hundimiento del pesquero, la verdad es que quisiera conocer todos los puntos de la hoja de ruta turística elaborada por Santiago Tadeo para comprobar si existe alguna iniciativa disparatada.

La parida sobre "El Mouldi" llega en cualquier caso en vísperas del inicio de una nueva temporada turística sobre la que se han manifestado dosis de optimismo y dosis de incertidumbre. Con "El Mouldi" hundido y convertido en supuesto reclamo turístico, no creo sinceramente que se formaran colas multitudinarias de turistas buceadores interesados en admirar -¿admirar qué?- este inesperado pecio artificial. Déjense de tomaduras de pelo. Que los turistas no son tontos, aunque determinadas mentes políticas, entre ellas Salomé Cabrera, puedan llegar a autoconvencerse de ello.

El insólito avance que supone conducirse de las ideas luminosas (iluminar determinados recintos arqueológicos cuando la crisis obliga a tantas prioridades de orden social) a las ideas submarinas (habilitar el impresentable "El Mouldi" como pecio) no creo que contribuya a reactivar la economía menorquina, como tampoco lo hará, dicho sea de paso, la proyectada revisión del Plan Territorial Insular (PTI). Puedo entender el interés comercial de ciertas empresas de buceo, pero me cuesta aceptar que la idea cuente con el beneplácito -claro que es gratuito- del sector turístico, tal como señala la consellera Salomé Cabrera. Si esta es la manera como quiere mejorarse el producto turístico, apaga y vámonos. No le den más vueltas al asunto ni propicien otra bochornosa imagen de Menorca. Aun confío en que nuestras autoridades no perderán más tiempo en dar cuerpo a burradas de tal calibre. La única idea brillante que sí hay que plasmar en realidad, y con la máxima urgencia, es llevar a cabo cuantas gestiones sean precisas para que "El Mouldi" salga del puerto de Maó, para largarlo de una vez por todas de las aguas de Menorca. Y punto. El director insular del Gobierno, Antoni Juaneda, se comprometió a trabajar -por la vía judicial o administrativa- para que "El Mouldi" abandone Maó. Pues aplíquese que ya está tardando.