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Es probable que muchos de ustedes lo desconozcan pero cada 24 de abril se celebra el Día Mundial del Animal de Laboratorio. Hay quien no sabe lo que existe tras sus cosméticos, sus productos de limpieza o de alimentación, pero lo cierto es que la experimentación con animales no humanos (vivisección) es una de las fases más ocultas, discutidas y discutibles de la ciencia y de la industria. También la industria militar, armamentística, la industria cosmética, tabacalera o la quí­mica usan seres vivos en los laboratorios. Primates, ratas, ratones, conejos, cobayas, perros, gatos, cerdos, entre otros, son masacrados en nombre de la ciencia y la técnica. Según los cálculos, tres animales mueren cada segundo en los laboratorios del mundo de manera cruel, ya que son usados principalmente para los test de toxicidad. En ellos, los animales son sometidos a dosis letales de todo tipo de ingredientes, a pruebas alérgicas y de irritación (ulceración cutánea), a pruebas de inhalación e inyección de tóxicos, de armas biológicas y quí­micas, de resistencia a la falta de atmósfera o gravedad, y de fármacos. Grupos de defensa de los animales han conseguido mostrar esta realidad. Por ello, la vivisección encuentra cada vez un mayor rechazo en la sociedad y en el propio mundo científico por motivos éticos, económicos, e incluso biológico-sanitarios, por su crueldad, el peligro que supone la extrapolación de resultados de una especie a otra, y su discutible "necesidad" cuando ya se han desarrollado métodos alternativos. Hay productos no testados en animales. Ahora ya lo saben.