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Menorca cuenta con dos equipos profesionales que ahora se encuentran en el punto culminante de la temporada. El Menorca Bàsquet lucha por ascender a la liga Endesa (ACB) de baloncesto y el Valeriano Allés para conquistar la Superliga de Volei femenino. Que los dos estén alcanzando sus objetivos merece una valoración en positivo. Significa que, además de la categoría de los deportistas, los responsables de la gestión de los dos clubes han llevado a cabo un buen trabajo. Lo están haciendo en los momentos más difíciles, cuando los recursos económicos son más escasos que nunca y no pueden contar con un mayor esfuerzo de unas administraciones públicas inmersas en la austeridad extrema. En este contexto, habrá quien piense que los objetivos deportivos no son prioritarios. Comparados con servicios básicos, la respuesta es evidente. Sin embargo, los ciudadanos deben apoyar y disfrutar con la lucha de los dos equipos por conseguir el éxito deportivo que ansían. Esa no es una obligación de los deportistas, sino de toda la sociedad que valora la categoría profesional de nuestros equipos. Por eso vale la pena unirse y esperar el ascenso a la máxima categoría del baloncesto y el éxito en el volei. La austeridad no debe aplicarse a la ilusión.