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El Consell se ha visto obligado a suscribir una operación de crédito de 3,8 millones para pagar a sus proveedores. Es una buena noticia para las empresas y servicios que hace tiempo, años, que aguardan el pago de las facturas y que a menudo han debido endeudarse para superar problemas de liquidez que la misma administración ha causado o agravado. Las deudas que ahora se empezarán a liquidar se han acumulado en los últimos años, por tanto es evidente la responsabilidad de los anteriores gestores, por este motivo sorprende su abstención en el pleno de ayer. Es cierto que un Govern sin recursos ha incumplido sus compromisos con el Consell y que ésa es una causa de su falta de liquidez. Hay que ser reivindicativos en este aspecto. Sin embargo, el pago a los proveedores es una obligación institucional y merecería un respaldo equivalente. Mientras el debate se alimente con críticas a la mala gestión económica anterior o con una actitud irresponsable de no reconocer los errores que cometió el PSOE-PSM, el Consell seguirá dando una pobre imagen pública. Quienes creemos que el Consell es una institución con más futuro que pasado debemos esperar de los políticos que estén a la altura de lo que representan.