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Un hombre o una mujer disponen de varios "capitales" propios en los que apoyarse para tener éxito en la vida. Uno es el capital económico, es decir el dinero del que se pueda disponer, otro es el capital humano (formado por los conocimientos, los estudios y la formación que uno posea) y finalmente, otro es el capital social, es decir el círculo de amistades y relaciones de que goza una persona concreta. Todos estos activos, auténticos "capitales personales" que forman y conforman el perfil personal de cada uno de nosotros, deberán ser complementados ahora con el reconocimiento de este otro: el capital erótico. Permítanme referirme al de las mujeres.

Hace un par de años la socióloga Catherine Hakim, profesora del "Centre for Policy Stdies" dependiente del "London School of Economics" publicó un informe ("Feminist Myths and Magic Medecine") en el que "condenaba" las políticas destinadas a conseguir la igualdad de género. Naturalmente aquello fue considerado como una auténtica declaración de guerra por parte del feminismo anglosajón que llevaba décadas marcando el territorio de lo políticamente correcto. Era un torpedo en la misma línea de flotación de lo que se venía entendiendo como corriente principal ("main stream") en los estudios de género. Aquel informe dio pie a un libro de la misma autora ("Capital erótico") que ha levantado pasiones.

La moda de la igualdad (¿no es la igualdad imposible en naturalezas distintas?) incentivó a que muchas mujeres tendieran a imitar la imagen masculina para poder/querer ser iguales a los hombres. Durante años, y más allá de las excepciones conocidas, el feminismo radical ha impedido (no era políticamente correcto) que las mujeres aprovecharan su "capital erótico" para promocionarse.

El "capital erótico" es la suma de la belleza, el encanto, el cuidado de la propia imagen, la simpatía, el don de gentes, la elegancia en el vestir, el sentido del humor, las habilidades interpersonales, etc. que pueden caracterizar a una mujer. Es, pues, el impacto que causa la suma de esas cualidades en el medio donde se desenvuelve esa mujer y que pueden ayudarla a conseguir un mayor éxito social.

Desde la misma cuna los niños bien parecidos, guapos, atraen más atención positiva, sonrisas y cuidados. Su entorno les sonríe y ellos aprenden a pedir cosas y a negociar lo que desean. Son un buen ejemplo para entender la validez de ese erotismo social que irradia empatía.

En este sentido el "capital erótico" de una mujer (que siempre es mayor que el de un hombre) es lo más opuesto al feminismo radical ya que su función no es conseguir la igualdad desde la dejación / relajación de sus funciones connaturales con intención de suplantar las del macho sino nivelarse a él (o mejor superarle) por los medios propios que caracterizan a una mujer moderna sin ningún tabú: promoción de su belleza, conocimientos e inteligencia.

La sociedad se constituye y se solidifica en base a que los dos géneros y los dos sexos sean complementarios. Cada género tiene sus propias características y sus propias funciones. Se retroalimentan. Y como los varones valoran el capital erótico de las mujeres, la doctora Hakim considera lógico que se proceda a un justo intercambio (Honey Money). ¿No es la naturaleza quien siempre se impone al final?

Nota
- Aunque parezca mentira parece verdad: No se pierdan en Internet una entrevista a Paul Heffron, Secretario Adjunto al Dpto. de Estado americano y responsable de la ayuda a países africanos azotados por la guerra. El Gobierno norteamericano mandó 3 billones de dólares a Andorra creyendo que el pequeño país pirenaico estaba en África. La CNN le pregunta ¿cómo fue posible esta equivocación? Respuesta: "Alguien nos dijo que este país estaba en África, todo parecía correcto y por eso les mandamos el dinero". Se le recuerda la transcripción de una reunión suya con el Subsecretario de Estado John Negroponte donde confirma "sí, este país está en África" y luego comenta "fue un error involuntario ya que creímos que estaba más allá del Océano y que por tanto sus vidas debían ser muy difíciles". "¿Hay alguna forma de recuperar el dinero?" Heffron responde: "Hemos hablado con el gobierno andorrano pero dicen que creían que era una gratificación y que el dinero ya está gastado". Y añade:"Hay que entender que probablemente hay cientos de países en el mundo y es muy difícil mantenerse al día. Es algo muy confuso". Pregunta final:"Quien va a asumir responsabilidades?" Respuesta: "Deberá ser el pueblo andorrano quien las asuma. Ellos saben exactamente donde están situados. Deberían de habernos avisado". http://es.youtube.com/watch?v=AP22Ys8__ro).