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El equipo de gobierno de Maó anunció hace un año que el estado de la economía municipal era grave. Ayer afirmó que es crítico. Poco después de presentar su plan de estabilidad para tener acceso a la línea de financiación estatal y pagar a los proveedores, se arriesga ahora a la intervención ante la posibilidad de que no pueda cumplir con los compromisos de austeridad. El motivo de la alarma es que deberá atender el pago de más de cinco millones por diversas causas: una deuda a Sorea, indemnizaciones por dos sentencias y, lo más grave, la negativa del Gobierno al abono de 1,6 millones por las obras del campo de Bintaufa, incluidas en el FOMIT, por una modificación no autorizada del proyecto en el pasado mandato. Para evitar la intervención, el equipo de gobierno anuncia más ajustes. El primero, la ampliación del horario de trabajo del personal hasta las 37,5 horas semanales, aunque no será la única medida de ahorro que va a tener que aplicar el Consistorio. Por otra parte, la distancia del gobierno con la oposición se acentúa. El primero anuncia que analizará posibles "responsabilidades penales" de los anteriores gestores. Los segundos, piden que no se busquen en el pasado motivos para justificar más recortes. Comienza una etapa distinta y complicada en el Ayuntamiento de Maó.