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El Saló de Primavera cumple cincuenta años de su primera convocatoria. Ligado al Ateneu de Maó ha sido uno de los premios que más influencia ha tenido en el reconocimiento y promoción de la creación artística en la Isla. Una exposición en la sala de La Caixa en Maó descubre el resultado de estas cinco décadas. Con motivo de este aniversario se ha editado un catálogo excepcional, que investiga la trayectoria del premio y de los artistas que han visto reconocida así su labor. La mirada atrás sirve para ver el presente y plantear el futuro. Hoy, ante los acuciantes problemas que vive la sociedad y las necesidades básicas que son prioritarias, la cultura podría entenderse como un lujo secundario. Por este motivo, es más importante el mecenazgo cultural. En este caso, María Dolores Olivares y su familia han mantenido desde 2004 la fortaleza y la renovación del Saló de Primavera. El premio lleva ahora el nombre de Guillermo de Olives, que fue presidente del Ateneu entre 1965 y 1981, como una forma de la entidad y de su familia de valorar su aportación y su compromiso social. Los resultados importantes siempre han de valorarse a largo plazo y hay que reconocer que 50 años después del primer Saló de Primavera la cultura insular debe estar agradecida.