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Las administraciones públicas ,cualquiera que éstas sean, deben reducir sus gastos. Es el mensaje divulgado por la autoridad competente, esta consulta las cifras, olvida las obligaciones y corta por donde más hay. Educación y sanidad son las esquilmadas. Como es impopular, algunos hay que promueven el ahorro en sectores de mala fama que ob-tienen respaldo inmediato entre gentes poco dispuestas a discutir la conveniencia del recorte. Entre las propuestas surgidas aquí o en alrededores figuran dos que merecen comentario.

Una que propone la disminución del número de diputados del Parlamento Autonómico en un cincuenta por cien. La otra la desaparición de algunos ayuntamientos. Las dos propuestas no son novedosas, son más bien eco de las pronunciadas por conspicuos conmilitones populares en Madrid. Los de aquí, con diligencia, se han apuntado, parece que sin haber meditado mucho en lo que proponían, y teniendo clara la alegría producida en una parte notable, en número, de la población.

En el caso del "Parlament" el que suelta es el presidente Bauzá. Parece que la propuesta es personal y no de su partido, lo que disminuye su valor. La reflexión y posterior discusión cae en el nivel de representación que deben tener los ciudadanos en el organismo que dirige y controla el gobierno de la CA. Representación no fundamentada en territorios y sí en ideas políticas. El Parlamento es reflejo de la pluralidad de la sociedad representada y el dejar fuera a partidos políticos, con suficiente peso social es un empobrecimiento de la democracia. A partir de aquí reducir el número de diputados es posible. ¿En qué número? No lo sé y creo que usted, tampoco.

Otro tanto ocurre con el alcalde De Sintas cuando propone agrupar ayuntamientos. Es propuesta ecografía de la expuesta por Aguirre de Madrid (léase junto) que deseaba la desaparición de un montón de ayuntamientos en toda España. Si los ayuntamientos no manifiestan interés en mancomunar sus servicios, si no se dice quien es el sacrificado, si no se consensua con las oposiciones que son diversas, si no se dice el papel que puede jugar el Consell Insular, mal lo tenemos para la aplicación de criterios de lógica económica en la administración municipal.

Las recetas improvisadas en tiempos de poco dinero empeoran el enfermo.