Puerto - Archivo M. Caules

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Semanas pasadas publiqué el sueño de un grupo de mahoneses en levantar un gran hotel, lujoso, cómodo y confortable en lo alto del puerto mahónes, en una zona conocida por El Árbol. Corría el año 1912, los niños que se encontraban en edad escolar apadrinaron, sembrando cada uno de ellos un arbusto. De ahí su nombre. En aquel lugar, en lo alto del peñal, medianera con la noria de Sa Punta, se suponía que podía ser espectacular la edificación de un hotel señorial, confortable, dominando el puerto, la bocana, tal cual un vigía, observando, entradas y salidas de buques, con su mirada al frente, al tanto de los movimientos de la Estación Naval, la arenosa playa de la Nou Pinya con su riachuelo de agua dulce, la finca predial de san Antonio, con sus calas, Rata, Ratolí, Cala Llonga, Venecia, Cala Teulera.

Pasó el tiempo y debieron transcurrir más de treinta años hasta llegar a junio de 1956, en que se inauguró el Port Mahón, si bien su ubicación se levantó en la zona, no se llevó a cabo en el punto deseado, desgraciadamente en 1949, otra mole se había apoderado del lugar, el monstruoso hospital que todos llamamos "Sa Residència".

Es tal la preocupación que siento por el tema turístico, que he ido buscando encontrando una publicación de El Sol, periódico madrileño de 1927, dando cuenta de la venida a Menorca, del norteamericano Frederick Chamberlin. Intelectual, abogado por la universidad de Harvard, historiador de la reina Isabel de Inglaterra, viajero y arqueólogo.

Llegó, atraído por la prehistoria y por el deseo de escribir en inglés una guía de la Isla, destinada a sus hermanos de raza. El resultado de la pensada guía seria según él, la venida de multitud de turistas ingleses dispuestos a pasar una temporada, una gran corriente de turismo se encaminaría hacia esta isla, como lo estaban haciendo hacia Mallorca. Sin embargo, el señor Chamberlain desistió de escribir, lo que en un principio lo motivó a visitarnos.

¿Para qué hacer venir a sus paisanos, si no había hoteles donde alojarlos?
El intelectual escribió: Y por un detalle tan insignificante y sin embargo tan trascendental para los fines del turismo, Menorca ha visto cómo se ahogaba un manantial de inagotables riquezas por la falta de energía personal, de un esfuerzo colectivo que abriera en la tierra un cauce profundo por el que se precipitara tumultuosamente la corriente bienhechora.(Sic)

Transcurridos ochenta y cinco años del intento de aquella guía turística que jamás se llevó a cabo por la desidia de los menorquines. Al mirar y contemplar nuestro alrededor, me doy cuenta que continuamos tal cual, no hemos avanzado, un ápice
Avanzar, no hemos avanzado, pero sí hemos retrocedido, una virulenta e inesperada marcha atrás. Si alguien lo duda, no tiene más que observar por dónde llegan las mercancías a la isla.

La tortilla ha dado la vuelta, nuestro puerto uno de los más importantes de Europa y del Mediterráneo, codiciado por todos los países, por su situación geográfica y estratégica, siempre visitado por las escuadras más importantes ha perdido el poderío yendo a parar a es cap de ponent. Con ello no pretendo politizar y no voy a contestar a nadie que motive escribir sobre el particular. Cuantos me conocen saben que en mi corazón está primero Ciutadella y a continuación, Mahón.

Lo que no comprendo es cómo un puerto tan seguro, según Andrea Doria, permanezca cerrado tantísimas veces. Antes esto no sucedía "ni fer-hi prop". Con la particularidad de que actualmente disponen de potentes motores y hélices para funcionar avante y atrás sin problema alguno. Los de antaño, ni les cuento, y no obstante maniobraban con fuertes vendavales.

No me extraña el hundimiento de las arcas del gobierno, se ha despilfarrado a mansalva, invirtiendo millones de euros de los cuales no se disponían, en la puesta a punto de la nueva dársena, dejando derrumbar edificios sin ton ni son. Y no tan solo es el tema puerto, encontrándonos con la hotelera, colegios, mientras tanto se observa cómo los edificios se van cayendo. Mal muy mal, ha ido la cosa burocrática.

Otra demostración la hemos sufrido con el cuartel de Santiago, cambiándolo por Sant Isidre, antiguo son Parrol, veinte años después de aprobarse su levantamiento. ¿Qué ha sucedido? Que los millones invertidos se mueren de "fàstic", sin provecho alguno, mientras el cuartel de Santiago, de la carretera de Sant Lluís, hubiera servido para infinidad de cosas:

Dígase, colegio, guardería, oficinas del Ayuntamiento, aulas para clases de mayores, etc. Todas ellas de provecho con el mínimo gasto, la estructura estaba hecha, y si querer es poder, se podía, "ja ho crec que sí". Lo que sucedió fue la desidia de aquel dicho menorquín. "Que guegui ja ho faré".

Con anterioridad las autoridades ya habían demostrado su despreocupación con el hospital militar de la carretera de san Clemente, hoy derruido, inservible, mientras que en el acto de su cierre hubiera sido capaz poder albergar infinidad de cosas.

Este es el Mahón, del siglo XXI, en nada se parece al que reza la canción ejecutada para dar la bienvenida al rey Alfonso XIII.

Se podría continuar, el monstruo de la antigua residencia, con la falta que nos encontramos de geriátricos, se deja desperdiciar y si no vivir para ver. Como los de mi edad hemos contemplado el deterioro de la clínica de la carretera de Sant Lluís, palacete que hubiera servido para un Consell Insular, para albergar un hotel, para geriátrico, colegio infantil, con su parque que fue un auténtico sueño, y señores, ahí lo tenemos también desmoronado, confirmando mi tesis.

Y voy a dejar lo que ha sido la CAMPSA, antigua fábrica textil, el edificio Codina y la vergüenza que ofrece el edificio que se encuentra a la izquierda después de la rotonda del cementerio, antigua noria den Bisbals que ya lleva infinidad de años que se esta derrumbando, ofreciendo un lamentable aspecto para cuantos llegan a nuestra ciudad.

Mientras tanto he aprovechado para mandar un correo a Pedro Jaime Bosch Barber por haber sido elegido como pregonero de las fiestas de nuestra ciudad. Esto sí ha sido una buena noticia, y porfa… no me tachen de presumida cuando podría serlo, vaya que sí, me considero su hada madrina, ya que he sido la única todo este tiempo que públicamente me he atrevido a dar guerra al Ayuntamiento pidiendo precisamente esto, que en el balcón saliera un mahonés, amén de cantores, y orfeonistas, hay muchos más.

Gracias señora alcaldesa. La puntúo con un diez sobre diez, banda de honor incluida. "açò ha estat guapu, guapu, guapu…"

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margarita.caules@gmail.com