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(¿En tono jocoso?). Muchas familias menorquinas han transmitido a sus descendientes algunas supersticiones que antiguamente decían ser ciertas. Así, muchos hemos sabido que "quan garnes sa terrassa sempre ho has de fer cap a fora", que "ses guiterres sempre han d'estar dretes i mai tombades", que al cortarse el pelo en casa "has de tirar es cabells a n'es water i mai a n'es fems", que si "garnes es vespre no has de tirar sa pols fins ensoldemà", etc. etc. Son creencias hoy en desuso pero que muchos aún siguen considerándolas por un "si acaso".

También dicen las leyendas, que a veces demuestran más los hechos que aquellas supersticiones, que los ultrajes a los pueblos, a sus símbolos o a alguno de sus signos más representativos conllevan a menudo hechizos que se transmutan en las correspondientes "venganzas" de la historia. Sí, dicen que actuar con saña contra el alma de un pueblo puede acarrear consecuencias. Son las "vendettas" de tipo espiritual (al sufrirse maldiciones, embrujos, etc), de tipo económico (al traer ruinas, descalabros, etc)… Se dice que es la venganza de lo sobrenatural contra quienes han dañado una historia, una forma de ser, una tradición, una cultura.

Todos sabemos de las plagas egipcias, de las maldiciones de los faraones que se vengaron de los primeros occidentales que osaron profanar sus tumbas. También sabemos de las "venganzas" de diversas culturas americanas cuando fueron arrasadas por unos invasores. Incas, aztecas, mayas, etc. fueron despojados de sus riquezas, posesiones y cultura y dicen y aseguran que sus almas se vengaron al proyectar el mal y la desgracia sobre quienes les invadieron.
Un amigo me cuenta la siguiente interpretación de nuestra reciente historia local: hay quienes creen que nuestra ciudad de Mahón pudiera estar padeciendo un mal fario. Y lo estaría desde la inolvidable y fatídica fecha del 30 de Junio de 2005. Desde entonces todo han sido desgracias para la capital administrativa de Menorca, todo han sido contrariedades que nos han situado donde estamos actualmente: en una ciudad paralizada sufriendo una crisis económica bestial, una crisis cultural y una crisis de identidad como no se había visto casi desde la postguerra.

Algunos podrán interpretar, dice, que eso es consecuencia exclusiva de la crisis económica generalizada, pero aquí, en Mahón, todo empezó mucho antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. Estalló hace ya siete años. Y con mucha mayor fuerza que en otras ciudades. Desde entonces han sido siete años de decadencia continuada.

Hace siete años los mahoneses sufrimos el ultraje que significó la pérdida de nuestros nombres históricos de Mahó – Mahón. Todos recordamos que esta incalificable traición a nuestra identidad histórica ocurrió en un mísero Pleno Municipal que decretó por motivos políticos el fallecimiento de nuestra historia. Y desde entonces, y a imitación de las culturas que han sido saqueadas y ultrajadas, de cada día "perdem un llençol". Sí, algunos creen que aquello fue un mal fario. Sí, algunos aún creen en las maldiciones.

Desde entonces Mahón no levanta cabeza. Veamos algunas consecuencias: La ciudad perdió buena parte de su industria bisutera, incluso se perdió la histórica Feria de SEBIME después de casi cuarenta años de existencia. "El Caserío" perdió su alma. La problemática del transporte ha alejado Mahón de la civilización. Se nos ha construido una cárcel que nos retrotrae a la fama de la Penita, se cerró el histórico Restaurante Rocamar (para algunos punto de referencia de la vida social mahonesa), se recortó y descompuso la lámina de nuestro Puerto. Se sustrajo el "modus vivendi" al Club Marítimo y se fraguó la decadencia de nuestra rada alejándola de los mahoneses para entregársela a los usureros. Desde entonces Mahón ha perdido habitantes (mientras Ciutadella los ha aumentado), la vida comercial se ha empobrecido perdiendo el impulso de aquella "ciudad hermosa y galante". Ha perdido cosmopolitismo. Se ha vuelto aldeana. El turismo esquiva Mahón (para asentarse en otras partes de la isla). El Municipio ha quedado endeudado por años infinitos. Ha disminuido "el valor Mahón". Hemos perdido el Menorca Bàsquet y también nos hemos quedado sin fútbol de referencia, etc, etc. etc. (el listado es infinito).

Algunos creen que es la maldición chinesca del infame y antihistórico nombre de Mao. ¿Será verdad que la historia siempre se venga de los que la traicionan?
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Nota: Para los escritores de "cartas al director" a dúo: "Si cou, cura".