TW
0

Esta mañana he amanecido inquieto. Me he revuelto en la cama sudoroso y me he estado preguntando un buen rato por qué me sentía así. No eran las habituales y cansinas causas políticas las que me atribulaban. Los tambores de guerra de algunas emisoras de radio, huérfanas ahora de sus líderes carismáticos, sonaban algo más apaciguados aunque seguían fieles a las acostumbradas obsesiones de la clase política.

Al cabo de un ratillo al fin he descubierto el motivo: ¡hace mucho tiempo que no sé nada de Sofía Mazagatos!. "¡Oh, My God" ¡Al final era eso! Sí, parece que la tierra se ha tragado a quien, a los 17 años, fue la bella Miss España de 1992. Sí, veo que eso me inquieta. ¿Dónde estará?, barrunto. Hubo un tiempo en que seguir sus huellas, seguir su pista ("Sofía's track") casi se convirtió en una necesidad vital. Nunca supe si era un amor platónico o pura inclinación masoca. En aquel tiempo Sofía era una emoción nacional. Su constante presencia en los medios me reconfortaba y me animaba. Acompañó mis años de tristezas y soledades. Incluso me ubicó en mi tiempo. A través de ella podías mesurar fácilmente el nivel intelectual medio de la clásica chica mona española de aquellos años. Al estudiarla (siempre de lejos, claro) asistías a una clase de sociología.

Sofía disponía de unos labios finos, pero carnosos a la vez, labios peligrosos por presuntamente adictivos. A riesgo de merecer el desprecio de la casta feminista debo declarar que Sofía estaba realmente tremenda. De verdad. Un abuso de la naturaleza. Creo recordar que fue "Interviú" la que nos desveló por primera vez las interioridades de su blanca palidez. ¡Aquello fue Hiroshima II! Sí, fue la revista que dirigió en sus buenos años el amigo Ángel Montoto, la que nos mostró sus secretos más íntimos. ¡Y Dios creó aquella mujer! Una bendición divina. ¡Thank you, Lord!

Las maledicencias decían que Sofía conjugaba tontería y belleza, la aspiración de muchos machos carpetovetónicos. Pero no, "Sofi" es una nena lista. Solo sucedía que su larga melena sobresalía en medio de la selva nacional y eso despertaba envidias. La forma de mesarse sus cabellos (aquella mano cadenciosa que, incansable, peinaba una y otra vez su maleable cabellera) abonaba una fértil imaginación y se convertía en un movimiento sexy que levantaba a media España. Sí, estoy inquieto. ¿Where is Sofía? ¿Por qué se esconde? Solo tiene 37 años.