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El Consell ha conseguido un éxito parcial: comprometer a las asociaciones empresariales y colectivos privados a participar en una única organización para promocionar Menorca como destino turístico, lo que representa la fusión de las dos fundaciones. Este momento no es muy distinto al de hace dos años, cuando el anterior equipo de gobierno intentaba pactar, sin éxito, la presencia privada en la Fundació Destí. Es de esperar que ahora se superen los obstáculos de representatividad de PIME y CAEB. Por otra parte, la mejora en la organización, con una única entidad, se llevará a cabo sin contar con la gestión de la competencia de promoción turística y este hecho merma las posibilidades. Sin embargo, sin competencia también existe un margen muy amplio de iniciativa. Para ello, la participación privada es imprescindible. De momento, el presidente del Consell quiere que la Administración tenga la mayoría, el control, de la nueva Fundación, puesto que aporta los recursos económicos. Realmente, quienes deben demostrar la voluntad y la capacidad de una acción conjunta y eficaz son los colectivos privados, los que conocen el sector, sus necesidades y prioridades, y los que deben estar destinados a liderar el desarrollo turístico, también desde el punto de vista del interés común.