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Sea quien sea, menorquín, residente o turista, esté donde esté, aún en la Isla o a muchos kilómetros de distancia, estoy seguro de que supo que una colilla suya había provocado un incendio en la carretera de Maó a Fornells el pasado viernes día 31 de agosto, un día de fuerte tramontana, nuestro seco viento del norte. Era el sexto y más grave de los provocados este año por restos de cigarros en nuestras carreteras. Un descuido o una decisión más que, premeditada, podría haber provocado una desgracia.

Solo una buena previsión y el trabajo de excelentes profesionales evitaron un desastre. No se pudo hacer lo mismo en nuestra hermana La Gomera donde ardió el 11% de todo su territorio. Aquí pudo pasar. Porque 'su incendio', que hubiera podido extenderse fácilmente por el fuerte viento, no hubiera provocado solo daños en los bosques, sino que hubiera afectado a personas y animales de las fincas dañadas y a la rica fauna de la zona. Y, no solo eso, usted debe saber como cuidamos a los caballos en Menorca y que el queso de una de las fincas a las que llegó el incendio -Santa Catalina- es uno de los mejores de nuestro mercado, que dan prestigio a la buena gente que trabaja en el campo.

Menorca ha sufrido un verano muy seco, y cuando creíamos estar salvados de la quema, "presuntamente" alguien, con muy malas intenciones, ha intentado destruir nuestro territorio. Todo apunta a que los dos focos de los incendios en s'Enclusa y Ets Alocs han sido provocados y ha sido gracias al rápido y eficaz operativo de emergencias que se ha evitado la tragedia. Por ello quiero agradecer la gran labor que han hecho agentes del Ibanat, bomberos de Menorca, voluntarios de Protección Civil, Guardia Civil, Policía Local, y vecinos que, poniendo su vida en riesgo, han conseguido evitar lo que podría haber sido una catástrofe para nuestra isla, así como también animar y agradecer los esfuerzos de la Policía Nacional por esclarecer los hechos de tan dramáticos sucesos que marcarán la historia de nuestra querida Reserva de Biosfera.

Menorca es única y debe ser un objetivo común el preservar nuestro patrimonio. Debe ser una tarea de todos el tratar de concienciar a todos los visitantes de los riesgos que comportan cualquier acción incívica, o como en estos casos, un delito y un atentado contra nuestro territorio. Debemos estar atentos e informar de la importancia de conservar nuestro entorno, de mantenerlo limpio y de cuidar nuestro paisaje que ha sido el que nos ha llevado a ser Reserva de Biosfera.

Me dirijo a usted, el pirómano; quiero decirle que es usted quien debe saber que no cabe entre nosotros, los que cuidamos del territorio como parte de nuestra alma como pueblo, que trabajamos para preservarlo en el mejor estado, y que, estando orgullosos de ello, queremos mostrarlo al Mundo, con la debida custodia de la tierra que nos legaron nuestros mayores.