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El incendio de la pasada semana en Sa Costa Nova que obligó a interrumpir el tráfico rodado entre Ciutadella y Ferreries ha vuelto a poner sobre la mesa el problema de aislamiento que padece la ciudad de Ponent cada vez que se corta la carretera general. Es uno de los déficits de la red viaria al que no se le encuentra solución y repercute negativamente en los ciudadanos que tienen que desplazarse por motivos de viaje, negocios, familiares o, lo que es más grave, por enfermedad. Las propuestas hasta la fecha han sido varias: desde construir un doble carril hasta el diseño de un tercer vial de emergencia adosado al tramo afectado. Ahora se suma la del Consell de aprovechar el entramado de caminos secundarios ya existentes. Esta histórica reivindicación realizada por ayuntamientos de distinto color político no debe caer en saco roto y ha de pasar a ser una prioridad. La Conselleria de Movilidad ha mostrado una sensibilidad especial para resolver la cuestión, aunque no quiere precipitarse. El alcalde José María de Sintas aplaude el interés pero pide que se acelere el proyecto. Esta legítima demanda no puede convertirse en otro caso como el de la variante de Ferreries que se alargó en el tiempo durante décadas.