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El director del Centre de Recerca Econòmica de Sa Nostra y de la UIB, Antoni Riera, ha calificado la situación de la economía de las Islas, en su informe del primer semestre de 2012, de estado de "alerta roja". No es una novedad la preocupante situación de Menorca, donde la recesión se ha concretado en un 1 y un 1,3 por ciento del PIB en los dos primeros trimestres. Datos muy preocupantes, que sin embargo no parecen estar provocando una reacción de las administraciones públicas. De hecho, el Govern se ha limitado a discrepar del análisis del CRE. Antoni Riera intenta profundizar en la realidad que se esconde detrás de los datos y que, en su opinión, está provocando un adelgazamiento de la economía balear y no la transformación que sería necesaria para aspirar a salir de la crisis e iniciar un periodo de crecimiento. Preocupa especialmente la pérdida de inversión en innovación, y la salida de la Isla de profesionales preparados que buscan fuera lo que no encuentran aquí, un puesto de trabajo que responde a sus expectativas. Uno de los datos significativos es la pérdida de un 3 por ciento en la capacidad de producción. Incluso el avance en productividad es, principalmente, por la reducción de los costes laborales. No hay síntomas de reacción.