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Según cuenta ya la historia contemporánea los años sesenta fueron una época mágica para la música. Especialmente para la música rock. Eran los años en que los Beatles se preguntaban "si les cuidarían" (¿will you still need me, will you still feed me …?) cuando perdiesen el pelo y entrasen en la decadencia física. Era cuando cantaban "When I'am sixty four". Ahora Los Beatles han cumplido medio siglo de existencia y los dos que perviven, Paul y Ringo, superan ampliamente los sesenta años.

En los años sesenta (como en todas las generaciones) todos vivían al límite y nadie pensaba si sería posible llegar (¿cómo y en que estado?) a los sesenta años de edad. De hecho aquel tipo de vida hacia preguntarse a muchos si sobrevivirían incluso varios años más. Las letras de varias de las canciones de grupos iconos de aquella época se referían a aquella fecha biológica. The Who, un grupo rock por excelencia, declaraba que prefería morirse antes de llegar a viejo. Dos de ellos lo consiguieron.

Los años pasaron y efectivamente muchos de aquellos viejos rockeros no llegaron a viejos. Debemos de recordar a Brian Jones (de los Stones), a Jim Morrison (de los Doors), a Janis Joplin, a Hendrix, a Elvis, a John Lennon, a Duane Allman, etc. ¡ Tantos otros!.

Sin embargo hay otros, algunos de los cuales eran claros candidatos a fenecer en épocas prematuras, que sí han alcanzado la cima de los "sixty years old". ¡Y hay que ver en que forma! Leer la biografía de Keith Richards ("Life") es aprender que los milagros existen. Sobrevivir a tantos excesos no es sino un puro milagro.

Hace escasamente unos pocos años pudimos ver actuar a Rod Stewart (ahora ya cercano a lo setenta) en Zaragoza. Una magnífica y vibrante actuación que no desmerecía en absoluto de la de cualquier incipiente nueva estrellita. La experiencia y su famosa voz "cogida" dieron un formidable e inolvidable recital. Sus famosas canciones emocionaron a todo un público llegado de toda España que las coreaba con idolatría. (¿Alguien ha dicho que los conciertos son las misas modernas?). En los últimos años el mismo Rod ha grabado ya cinco discos versionando clásicos americanos que no sólo no desmerecen de los originales sino que los modernizan y los rejuvenecen de forma magistral. Rod Stewart, a sus años, sigue siendo uno de los maestros indiscutibles del rock.

Eric Clapton (también en los sesenta y tantos) no para de grabar nuevos discos a cual mejor. Hace poco tiempo ha producido su propio homenaje a su cuna musical: el blues. "Slow hand" (mano lenta) siempre vuelve a sus orígenes (Back to the roots). Clapton siempre ha sido un maestro del blues y es uno de los genuinos representantes de este tipo de música en la escena británica de todos los tiempos. Desde sus inicios con los Yardbirds, su época con John Mayall, Cream, etc. le han catapultado como una de las figuras más grandes del rock-blues de todos los tiempos. Y sigue siendo un fiel discípulo de Robert Johnson.

Jeff Beck, quizás el mejor y más desconocido guitarrista inglés de las últimas décadas, dio un maravilloso concierto hace un par de años en el Pueblo Español de Barcelona. Sólo para puristas y "connaisseurs". Uno de los originales guitarras de los siempre imprescindibles Yardbirds y del Jeff Beck's Group ha derivado en un maestro "tocador" de música eléctrica que abarca varios campos y ritmos modernos. Su versión eléctrica de "A day in the life " (Beatles) quita el hipo y emociona. Igual que Clapton ha llegado también al final de sus "sixties" en perfecta forma. La lista es inmensa: Ray Davies (Kinks), John Mayall (ya en los ochenta), Bill Wyman, etc. todos siguen maravillando con sus muestras de solidez musical mejorada con el tiempo. Quien ha cumplido ya los sesenta tiene ya una buena edad para certificar que los sesenta fueron una buena época. Yes, indeed.