TW
0

El 27 de febrero de 2007 se inauguraba la cuarta fase del Polígono Industrial de Maó. El proyecto, que supuso una inversión de 12,6 millones, tenía como objetivo responder a la demanda de suelo del sector empresarial - tanto de Maó como de otras poblaciones- a un precio asequible. Incluso, entonces ya se hablaba de la necesidad de acometer una quinta fase. Cinco años después, la crisis ha congelado las expectativas económicas que se habían levantado en torno a esta obra y el aspecto que ofrece la extensa zona (530.000 metros cuadrados) es un tanto desolador, ya que solamente se ha ocupado alrededor del 30 por ciento de las 160 parcelas disponibles. No pocas iniciativas se han quedado por el camino, principalmente por la falta de liquidez del empresario para tirar adelante y por las dificultades para acceder a la financiación bancaria. La agilización de la tramitación administrativa y las bonificaciones fiscales por parte del Ayuntamiento no han sido suficientes para estimular la actividad. Lo que verdaderamente hace falta, como bien dice el presidente de la Asociación de Empresarios de POIMA IV Fase, Marcelino Pons, es que fluya el crédito bancario. Sin ello la economía no se mueve, no se desarrollan nuevos negocios y no se generan puestos de trabajo.